Llegas a casa después de un día estresante. Deseas coger las zapatillas y echar a correr, desahogarte, liberarte. El running no tiene horarios, tu pones tus reglas. Tu decides cuando empiezas y cuando acabas, cuando correr y cuando caminar. ¿Te has parado a pensar qué es lo que pasa por tu cabeza? ¿Realmente lo que ronda por tu mente cuando sales a correr te hace desconectar?

Existen numerosos estudios que recogen distintas variables psicológicas relevantes para saber en qué piensan los corredores en situaciones determinadas. Pero esto artículo no busca eso, si no agrupar diferentes sensaciones curiosas y graciosas que llegan a experimentar los corredores cuando salen a entrenar y que precisamente no consiguen uno de los objetivos iniciales, el desconectar.

Cuatro pensamientos cuando sales a correr

1.- ¿Estaré corriendo bien?: Aunque salgas a correr solo, estás rodeado de corredores. En algún momento de tu entrenamiento lo más normal es que te cruces con otro runner o tus zancadas sigan a alguno. Si te cruzas con alguno puede que te fijes en su forma de correr y empieces a autoanalizarte ¿estaré corriendo bien? ¿Talono en exceso? Voy a prestar atención a mi técnica de carrera ¡Me agobio!

2.- La lista: Si vas con el tiempo justo a todos los lados y has conseguido sacar una hora para salir a entrenar ¿te suena hacer algún tipo de lista? La lista de la compra, organizar la agenda… sea cual sea, a golpe de kilómetros tu cabeza construye un croquis mental de tareas y compromisos, que por supuesto, ¡no te ayuda a desconectar!

3.- ¡Tengo hambre!: Con el machaque que llevas es normal que tu cabeza piense que te mereces una recompensa. Puede que ese día tengas en tu dieta una de esas comidas fit pero… el menú puede variar un poco ¿no? Al fin y al cabo, te lo has ganado con sudor. Automáticamente piensas que no debes darte ese capricho y vuelves a agobiarte.

4.- ¿Por qué estoy corriendo?: Este parece ser uno de los pensamientos más generalizados. Mientras corres te imaginas en el sofá, en la barra del bar, de compras… ¿qué hago aquí? Hace frío, hace calor… encima este pensamiento te agota, si cabe, más.

Soy feliz. Definitivamente merecía la pena. Cuando terminas tu sesión de kilómetros te sientes la persona más fuerte y comprometida. Has subido un escalón más de esa larga escalera y no te quieres bajar ¡con lo que te ha costado!

Tras agrupar cada una de las sensaciones, parece que salir a correr es mucho más que un deporte. De hecho, tras clasificarlas algunas de ellas coinciden con un curioso estudio publicado en el International Journal of Sport and Exercise Psychology, donde se analiza cuáles son las preocupaciones de los corredores mientras corren. Estas son las conclusiones:

- Paz y objetivos, al comprobar que se están cumpliendo las metas alcanzadas.

- Dolor y molestias que pueden sentirse al correr.

- El paisaje que los rodea hace que tengan entretenida la mente.

Podemos comprobar que el correr va más allá que ponerse una zapatillas y acumular kilómetros. Párate  pensar por un momento y piensa, ¿tienes en cuenta tus pensamientos? ¿Deberías tomarlos más en cuenta? Y lo más importante, si tu objetivo cuando sales a correr es desconectar ¿lo estás consiguiendo?