- Luis, mira lo que me mandan esta semana. Pero estoy que no puedo con las piernas.

“Me mandan”, seguido de “no puedo”. Has ido a por una ayuda, un entrenamiento guiado, y estás metido en una espiral de remordimiento y cansancio. Me llegan consultas de este tipo todos los meses.

 

Mi primer plan

Me animo a seguir un plan. Correr no es tan complicado. Todo el mundo lo hace. Y me bajé un plan para mis primeros diez kilómetros de Internet. Y esto, ¿qué hago con ello? ¿Lo sigo fielmente o es una guía de instrucciones modificable? Pues has entrado en el entrenamiento guiado. Ni más ni menos.

Una guía es lo que te aconseja cómo y con qué intensidad correr. Habrá días de más, de menos, de intensidad o de relax. En principio todos están cortados por el patrón de la ciencia del correr. Muchos, también, por la experiencia de resultados de otros ‘alumnos’. Debería irte bien, deberías conseguir los objetivos y deberías llevarte bien con ello. Porque es un plan. Un compañero de entrenamientos.

No es una imposición satánica, por mucho que seas metódico, obediente o un discípulo a la japonesa. Vuelve a él y léelo, con frecuencia. Entiende qué te está programando.

 

¿Qué pasa si no me encuentro ni medio bien?

Cuando lo fotocopies, descargues o lo pactes, pagando o consensuando el plan, mira si se acomoda a tus condiciones. Lo mismo no sabes ni cuáles son tus condiciones de partida. Bien. Eres un novato. Es lógico. Para eso está quedar un día con el que te pone el plan y contarle tu experiencia corriendo, peso, horarios del día y ritmo de vida.

Si es algo que procede de una web, revista o folleto de hipermercado -al tiempo- tendrás que acertar. Si llega un día flojo, o un dolor inesperado, las preguntas te acudirán. ¿Es culpa del plan? ¿He hecho o hago algo mal? ¿A quién acudo? ¿Qué hace la gente cuando…?

Huy. La gente como clientela. Lo general no suele funcionar salvo unos principios básicos: no hagas el bestia, no te lesiones. Pero eso ya lo irás descubriendo tú.

Personalmente soy un electrón libre. La pertenencia por sistema a un grupo me escama. La uniformidad de un entrenamiento para todos me mosquea. Cada uno somos un mundo. ¿Que te toca un rodaje en progresión de siete kilómetros hoy que vienes deslomado de trabajar? ¿No podría ser mañana? ¿Y si te lo saltas o lo paso al sábado…?

Si te lo saltas probablemente no se termine el mundo. Si lo adaptas seguirás siendo tan buen runner. No vas a empeorar por ese día. Tu oficio es otro.

 

El plan para la mejora contra el crono

Claro. Hay planes que se acercan más a tu oficio diario. No eres un profesional pero -esto quizá no te guste leerlo- tu plan está muy profesionalizado. Corres lo que corres. Más que cuando empezaste. Porque estás liado con ese plan de ataque a tu marca personal.

Pero sigue siendo una guía. Te llevará a un objetivo, un reto, como tú quieras vestirlo. Pero sé inteligente y léelo con la experiencia que ya tienes de unos meses o años corriendo. Entiende la lógica de las series cortas dentro de un plan de 10 kilómetros. Aplícate la mejora progresiva en las semanas de kilometrajes altos a tu ritmo diario. Identifica un constipado o una crisis de defensas y modela la intensidad de las sesiones. No cometas los errores de dos esferas. Ni los de los principiantes ni tampoco los de los atletas profesionales.

 

Garantías a buscar

¿Quién escribió ese plan? ¿Cuántas veces se ha visto en una situación como la tuya?

Hay exatletas de élite que recetan planes genéricos de empezar a correr desde cero. Hay gente que acomoda planes de distancias inferiores a otras muy superiores. Leo semanalmente cosas que harían empalidecer a corredores expertos.

En muchas ocasiones poner un plan no es escribir un excel y mandarlo por correo o tuitear con el ‘cliente’. Puede valer si al otro lado hay un deportista asentado o un asceta. Pero exige de tu experto que se siente un día contigo a hablar de tus dolores, de las ganas que tienes de exprimirte o a contarte cuándo ha hecho él un medio maratón a los ocho meses de empezar a correr y con noventa kilos.

Si somos exigentes como clientes, debemos serlo con ese producto que ha de ayudarte. Está jugando con tu físico. Cuerpo tienes uno. Es el que aportas al correr. Si te sobreentrenas o lesionas, ¿qué garantías te da ese experto o esa web? Mi experiencia es que, posteriormente, te verás dirigido a una locura. De mirar si es que pisabas bien, de estudios biométricos, de nutrición o de psicología deportiva.

¡Pero si sólo querías un plan para correr más sano y mejor! En lugar de ayudarte, has sido arrastrado a una obligación que ya no es placentera.

O quizá sí. Te gusta tener al del látigo detrás. En ese caso, suerte y a entrenar. El cuerpo irá dándote avisos paulatinos y ya echarás el freno porque nuestra forma y rendimiento no son infinitos.