Venía a hablaros de la “zona de confort”. No, nada tiene que ver con coaching ni nada parecido: venía a hablaros de otra cosa que no es ese término medio en el cual nos instalamos para evitar el fracaso. Porque es vuestra zona y os sentís cómodos allí: seguro que, como todo el mundo, tienes tu lugar de entrenamiento preferido.

Puede ser un parque urbano, un enclave verde en medio de la vorágine de la ciudad; quizás sea un paseo marítimo que recorrer esquivando turistas y terrazas. Incluso puedes tener la costumbre de entrenar en pista, por lo que esa pista de tartán es tu terreno, tu casa.

Bien, hoy vengo a decirte que renuncies a todo eso. Siempre es fácil quedarte donde estás, hacerlo fácil y dejar que el tiempo pase... pero nunca vas a mejorar si no te arriesgas. Al final, hemos acabado hablando de la zona de confort.

Tu terreno es tu lugar, ese parque donde tienes medido cada kilómetro como si fuera un centímetro y en el que controlas cada hueco y cada arbusto. Pero esa evolución no te va a esperar parada en un rincón. Hay que salir a buscarla, a hacer kilómetros más allá de tu terreno habitual y a soltarte la melena. En verano tienes tiempo de sobra: piérdete, haz camino para deshacerlo después.

Tu lugar habitual puede ser el punto de partida. Desde ahí, la dirección la marcas tú. Seguro que de camino habrás visto alguna cuesta de las complicadas: ya tienes un lugar donde marcarte unas series en las que la fuerza será protagonista. Ese paseo marítimo, tan llano y tan simple, puede convertirse en una dificultad si abandonamos el asfalto y bajamos a la arena.

¿Y el tartán? La pista tiene sus cosas, pero no puedes cerrarte ninguna puerta. En cuanto pase el calor tendrás la temporada de cross y necesitas adaptarte otra vez a nuevos terrenos. ¿Eres de los de camino llano y tranquilo? Aprovecha que cerca del pueblo habrá cuestas y lánzate a los numerosos caminos de montaña que tenemos alrededor de toda España.

¿Y si eso no te basta?, ¿Y si quieres ser el mejor? Ahí entran nuestras amigas las redes sociales. Tu ruta no es solo tu ruta, sino que muchos atletas comparten contigo esos kilómetros. Aplicaciones como Strava nos permiten ser unos pesados en Facebook o Twitter sobre los kilómetros que recorremos, pero también nos abren la posibilidad de pelear por ser el rey de la pista con otros tantos atletas.

Puedes salir a correr a tu mejor ritmo para destacar en las clasificaciones globales o batirte en duelo por dominar un segmento. Consigue la mejor marca y conviértete en el rival a batir.

Si lo tuyo no es competir, no hay problema: haciendo amigos podrás comparar tus rutas con las suyas y siguiéndoles tendrás la posibilidad de conocer nuevos caminos. Quien sabe, puede ser el inicio de una bonita charla post entreno, a ver quién es el más pesado o el que ha corrido la maratón más complicada.

Aprovecha las vacaciones para descubrir nuevos lugares: los habrá mejores o peores, pero nunca iguales. Sin embargo, estoy seguro que pasearse por nuevos destinos te hará valorar lo que tienes en casa. No hay lugar como el hogar.