Por más que los corredores y aficionados a deportes en naturaleza aprovechemos todo el tiempo libre en la actividad que más nos gusta, en nuestro país tendemos a hacer con ese tiempo  lo mismo que nuestros familiares que llevan veinte años sin levantar la vista de la pantalla, jugando o viendo series: comer y beber todo lo que nos ponen por delante.

Y repetidas veces: en la cena con amigos de la infancia, del instituto, con compañeros de entrenamiento. Y sobre todo en esas dos reuniones familiares inexcusables, nochebuena y Navidad. Todo antes de que, en menos de una semana, fin de año llegue.

Lo mejor es huir unos días, o perder en dos semanas  toda la forma física que te ha costado un año entero conseguir. Además de desperdiciar unos preciosos días de vacaciones.

Por supuesto, si no queremos parecernos a Mr. Scrooge, ese viejo gruñón del cuento de Dickens que odiaba la Navidad, hay que aparentar que esa huida para mantener la cordura y la línea se hace porque hay un disfrute mayor que no se puede dejar pasar, el verdadero y único mandamiento cuyo cumplimiento te va a permitir ser entendido y no ser vetado por tus amigos y familiares.

Lo más evidente: un viaje de esquí. Aunque si no se tienen muchos días y puedes viajar a los Alpes, diciembre no es el mejor mes para las estaciones españolas. Mejor aprovechar algunos de los caminos de Pirineos o Picos de Europa cercanos a las estaciones e intentar hacer algo de travesía; si no hay nieve no será un problema demasiado grave.

Aún en el invierno más seco nadie va a quitar el placer de subir a alguna cumbre o correr por los senderos. Por supuesto, anunciar que uno va a Benasque o Alto Campoo esos días no requiere justificarse más.

Claro que se puede evitar pasar frío y además estar hasta cerca del mar. En zonas turísticas, como Calpe o Benidorm los precios de los alojamientos en esos días que van del 26 de diciembre al año nuevo son verdaderos chollos.

A pocos kilómetros en el interior, la mayor parte de la franja costera mediterránea sigue siendo un verdadero paraíso natural, abandonado por el turismo en estas fechas. Las sierras alicantinas y las de la costa malagueña puede que sean algunos de los mejores destinos navideños para pateos de montaña, carreras y escalada, algo que ya saben en el norte de Europa.

Ahora, que como se trata de pasar una resaca y desintoxicarse sin endeudarse para el año entrante pero al mismo tiempo aprovechar las fechas festivas haciendo creer que la juerga no para, los dos mejores sitios son la isla de Tenerife y el Algarve portugués.

La primera suena muy bien y contiene, por ejemplo, en su parte norte, algunas de las rutas para recorrer corriendo más interesantes de la geografía española y zonas de escalada como Arico o la cañada de El Capricho, bajo el Teide. La más impresionante de todas las islas. Los precios son asequibles, el tiempo bueno, las actividades infinitas y proporciona buenas fotos.

El Algarve es la región más al sur de Portugal, y tiene acceso a través de carretera por Ayamonte (Huelva) o con vuelos a Faro con lo que es muy fácil llegar. Son famosas las playas, con casi 200 kilómetros de costa abrupta con largos arenales y calas entre acantilados y  además es otro país.

Suena a sol, surf y golf, pero además tiene una buena red de senderos, paisajes naturales, pueblos característicos  y tres de las mejores zonas de escalada del suroeste de la península.

Es uno de los sitios por los que cualquiera dejaría unas cenas de lado. El agua del Atlántico está helada, eso sí; mejor fotos en seco.

Nada para pasar por exquisito e incluso alargar la estancia hasta después de año nuevo como alguno de los hoteles rurales en zonas como Campoo, el Bierzo o las Merindades. No son precisamente secretos, pero sí lo suficientemente lejos de lo que se supone un lugar de fiesta. Tranquilidad y actividad, si el tiempo lo permite, de todo tipo.

Otra opción es alargar tu estancia en un destino lejano hasta después Reyes y pagar las consecuencias con aislamiento social. Pero si, como la mayoría corres en nochevieja y cenas con los tuyos, mejor que te recuperes lo mejor posible y te entregues a la celebración. El día 2 o 7 de enero, será otro cantar.