Llevamos una buena pila de años metiendo personajes de lo más dispar en granjas, casas, islas y hoteles. Bajo el objetivo de evaluar la sociología de la convivencia hemos visto peleas barriobajeras, cambios de pareja, cómo la media no sabe cocinar ni pescar con sedal ni aguantar tres desayunos seguidos con un desconocido.

Pues yo tengo un grupo social que está pidiendo a gritos ser tratado como redil televisivo. No os ofendáis. Os molaría y lo sabéis. O quizá vivís ajenos a ese potencial. Los ahora extendidos por doquier: los corredores, aficionados a ello, sufrientes y parejas de la zapatilla rodadora.

Sé que ha habido un intento similar en varias cadenas. El reto de grupos de corredores en pos de terminar un maratón o la esencia del entrenamiento de aquellos madrileños a los que preparaba el exatleta internacional Chema Martínez. Pero creo que se ahondó poco en las posibilidades que la telerrealidad aporta y que haría que todos riésemos más de nuestra pasión desmedida.

¿Convivencia? Vayan por delante unas cuantas ideas creative commons. Vamos, que no cobraré derechos si las veo materializadas un día. La sociedad me satisfará impagables momentos televisivos e internáuticos.

Medio maratón Express: Seis runners tienen que poner sobre la mesa su plan de trabajo a sus parejas. Después de desarrollarlo, alquilarán un microbus para recorrer durante cuatro semanas los medios maratones de la periferia madrileña. Vivirán en la misma caravana en cámpings.

Convivirán y lavarán la ropa técnica improvisando sobre la marcha. O donde se caigan muertos. O donde Cristina Pedroche, conductora del programa y al mismo tiempo corredora de fondo, les indique en su itinerario secreto.

Tu marca me suena: Concurso de imitación y parodia en que los contendientes tienen que ponerse en la piel de otros runners mientras hacer elaborados cálculos sobre tiempos de paso, planes de entrenamiento y tiempos en las series intermedias. Las caracterizaciones y el previsible intercambio de roles llevará a divertidas situaciones.

Alto Rendimiento, Bajo Rendimiento: Imaginemos un conflicto entre alta sociedad y clase trabajadora. Del estilo de Downtown Abbey, un grupo de entrenadores anclados en los años ochenta ha de vivir con el conflicto de clases sociales que les generan cinco altos ejecutivos recién llegados a una residencia de atletas. Las tensiones entre exigentes ejecutivos que desean terminar el maratón de Berlín y la espartana disciplina del chándal y el sudor.

La pista de los famosos: Seis políticos españoles pasan un invierno entrenando en un polideportivo. Viviendo en los vestuarios de una instalación deportiva deficitaria, tendrán que preparar un 10k en el tartán de la pista de atletismo.

Sus tutores son entrenadores mileuristas con varias ingenierías y experiencia laboral en bares de Londres. Famosos organizadores de carreras visitarán a los políticos concursantes y les plantearán duros retos de ingenio.

Gran Cuñado: Ocho escogidos cuñados de la peor calaña aburren a sus esforzados familiares con sus teorías sobre si correr es una idiotez. Harán porras sobre cuánto sacará el ganador a sus cuñados. El que menos aguante los comentarios sobre el su puesto en la clasificación será nominado para terminar la paella en el jardín.

Top Pasta Party: La vida es un plato de plástico y una camiseta técnica. Corredores que elaborarán menús para su comida de la pasta soñada. El jurado, compuesto por nutricionistas, evaluará la creatividad de los concursantes que persistentemente cocinan macarrones, tomate y queso rallado. Famosos cocineros expulsarán a los concursantes menos imaginativos.

Solo la exposición a nuestra idiosincrasia nos hará dar cuenta de las virtudes del corredor. ¿Sociología o carnaza? Es la típica respuesta del cuñado (que ya tiene su programa específico, como habrás podido comprobar). Los defectos ya los sacarán nuestras amistades. Que para eso lo son.