Yo siempre he pensado que la importancia de los genes es brutal en el rendimiento y la forma física de una persona. Creo más en el deporte como una vía para sentirse mejor con uno mismo, mejorar nuestra calidad de vida y ser más felices que como una mera vía para mejorar el aspecto físico.

Mi hermana y yo, por ejemplo, tenemos un aspecto muy parecido y yo practico mucho más deporte que ella.

Otra cuestión valorable es nuestro desempeño deportivo, independientemente de si somos deportistas populares o de élite. El interés de la medicina deportiva en entender cómo el entorno (entrenamiento) y la genética (talento) interactúan para producir cambios en el rendimiento cada vez es mayor.

Los estudios actuales concluyen que ninguna de las dos posiciones tienen la capacidad de explicar al 100% el desempeño deportivo. Se va mas allá incluso afirmando que la genética y el entorno no pueden estudiarse de manera separada, sino que tienen que estudiarse de manera conjunta y dinámica. Existe una relación dinámica entre genes y entorno, entre talento y entrenamiento.

Esta relación entre genética y entrenamiento se puede resumir con la siguiente fórmula:

ENTRENAMIENTO + GENÉTICA = RENDIMIENTO

El tener claro nuestra genética y el objetivo deportivo que tenemos, independientemente de si es adelgazar, introducir el deporte en nuestra vida, ser más rápido en el fútbol o correr un Ironman, permite personalizar nuestro entrenamiento.

Y cómo podemos hacerlo. Actualmente hay empresas como Unikme (www.unikme.com), que a través de la genética, ayudan al deportista a conocer sus capacidades deportivas para que pueda orientar su entrenamiento.

Lo primero es obtener una muestra de saliva través de un kit que te envían a casa.

De la saliva extraen el ADN y lo analizan buscando información sobre cinco áreas relacionadas con el rendimiento deportivo:

1.  Resistencia: Parámetros relacionados con deportes de resistencia, como la carrera, el ciclismo o la natación. Se analizan los diferentes aspectos fisiológicos que afectan a estas disciplinas y se centramos en aquellos que tienen una relación directa con el entrenamiento.

2.  Potencia/velocidad: Se muestran las particularidades relacionadas con disciplinas de velocidad y potencia, como el fútbol, el paddle, o el esquí, así como la tendencia que se tiene a la hipertrofia al realizar un plan de entrenamiento adecuado.

3.  Entrenabilidad: Responde a la pregunta de cómo asimila el cuerpo los entrenamientos.

4.  Lesiones: El ADN también codifica la estructura de ligamentos y tendones, y de esta estructura va a depender la propensión que se tiene a ciertos tipos de lesiones. Lo conoces con esto, es tu predisposición para poner especial énfasis en la prevención de estas lesiones en las partes del cuerpo más comprometidas en la disciplina deportiva practicada.

5.  Movilización de grasas: En función de las variables del código genético se puede tener una mayor predisposición a la acumulación/movilización de grasas. Se puede conocer esa predisposición y cómo ser más eficaz con los planes de entrenamiento. La movilización de grasa también tiene una relación directa con el rendimiento en las disciplinas de resistencia.

De todo esto, el resultado en un informe con qué aspectos fisiológicos regulan los genes que se analizan, cómo afectan al rendimiento deportivo, a qué porcentaje de personas afecta ese gen, y, por supuesto, los estudios científicos en los que basan las conclusiones.

Desde luego, la información es poder, y cuantas más cosas sepamos sobre nuestro cuerpo, mejor podremos adaptar nuestros entrenamientos a unos objetivos concretos y así obtener mejores resultados. Siempre sin olvidar que el objetivo final de todo esto debe ser disfrutar y ser un poquito más felices.