Cristiano Ronaldo y Messi llevan su particular competición interna por ser el mejor del mundo hasta los más insospechados extremos. Entre ellos se compara de todo: quién da mejores pases, si uno es más desequilibrante que otro, más moreno, con mejor peinado… pero esta comparación que traemos es meramente deportiva y numérica: kilómetros recorridos en cada partido.
En la fase de grupos de la Champions League ha habido auténticos corredores de 10K jugando. El ejemplo más claro es del jugador que encabeza la clasificación, el delantero bielorruso del BATE, Mikhail Gordeychuk, que ha corrido ni más ni menos que 74,49 kilómetros, lo que es una media de 12,41 kilómetros por partido. No podrá seguir sumando cifras espectaculares porque su equipo era una de las cenicientas y ha quedado apeada de la competición.
En segundo lugar de este particular ránking está un jugador que conocemos bastante más: Koke Resurrección, del Atlético de Madrid, con 73,77 kilómetros recorridos en total y con la posibilidad de seguir aumentándolo en las siguientes eliminatorias.
Pero lo que respecta a los astros que lo eclipsan todo, Ronaldo y Messi, no están, ni de lejos, entre las primeras posiciones. Ambos se deben de cuidar bien la forma física y economizan esfuerzos, porque sus números en cuanto a carrera dejan mucho que desear.
De este modo, Cristiano Ronaldo corrió más en la fase de grupos que Lionel Messi. El portugués, tan famoso también por exhibir gran forma física, ha recorrido 56,25 kilómetros en 525 minutos, o, lo que es lo mismo, 9,37 kilómetros por partido. Por su parte, Messi , en 517 minutos, recorrió 48,33 kilómetros, 8,05 por partido.
Por delante de ellos, una eternidad de jugadores que, con menos minutos, han corrido bastante más, como Juanfran (64,15 kilómetros) o Cesc (66,67 kilómetros).
¿Y cómo se saben todos estos datos? La página web de la UEFA Champions League los tiene disponibles en abierto. Tras firmar un acuerdo hace cinco años con la empresa americana Stats, todos los jugadores de la competición son monitorizados a través de cámaras especiales instaladas en el estadio y que miden, entre otros parámetros, la distancia recorrida.
Con todos estos datos encima de la mesa, podemos saber qué jugadores han ido simplemente a pasar la tarde encima del césped o son realmente unos gladiadores y, al igual que el bielorruso del BATE, sudan la camiseta en cada partido.