En todas las facetas de la vida se ha dicho que hacer deporte es positivo para la salud. Cuando vamos al médico y le decimos lo que nos pasa, habitualmente, si nuestra dolencia está relacionada con algo no muscular u óseo, nos recomiendan hacer deporte, aunque sea salir a pasear 45 minutos al día. Curioso que, casi nunca, nos digan: 'para que te baje la tensión, sal a correr 30 minutos al día que, además, mejorará tu vida sexual' ¿A alguien se lo ha dicho su médico de cabecera?

Pero, sin el objetivo de desdecir aquí a ningún facultativo, lo cierto es que el running mejora la vida sexual por un motivo meramente coyuntural. No garantizamos que haciendo running el lector se vaya a convertir en un león o en una tigresa en la cama, pero al menos sí mejorará ciertas capacidades que le podrán venir bien.

Por ejemplo, salir a correr provoca que perdamos peso al quemar carbohidratos y, sobre todo, grasa. Disminuir nuestro peso nos va a hacer mejorar nuestra capacidad física y lo vamos a notar rápidamente en nuestro cuerpo.

Además, está demostrado que el running hace que liberes el estrés que has acumulado durante toda la jornada laboral. Cuando nuestro organismo entra 'en combustión' mientras corremos, este produce una serie de hormonas entre las que se encuentran las endorfinas. La sensación que estas hormonas provocan en nosotros es similar a la de la heroína o la morfina, con la suerte de que no es nociva si no todo lo contrario.

Con este tipo de hormonas en plena ebullición nos podemos llegar a sentir en un estado pleno de euforia o placer, por lo que, cuando acabamos la rutina de entrenamiento puede ser un buen momento para ponerse cariñoso con la pareja.

Maratón de Nueva York

Por si esto fuera poco, hay otra ventaja muy importante que, en este caso, afecta únicamente a los hombres. Según una publicación de la Universidad de Havard, solamente con andar unos 30 minutos al día (y no del sofá a la nevera) existe un 41% menos de probabilidades de padecer disfunción erectil, y sugieren que una actividad deportiva moderada como el running a partir de los 50 años disminuye también el riesgo un 30%. 

Para acabar con esta serie de ventajas, está demostrado que el running reduce moderadamente el efecto negativo de las migrañas, esto es, el dolor de cabeza. Con una actividad semanal y constante de running podremos poner punto y final a la tan manida excusa.

Así que, si aún estás pensando en las agujetas que tendrás después de salir por primera vez a correr (que las tendrás, seguro), piensa, como decían los Monty Python 'en el lado bueno de vivir'.