Cuando el día 28 de agosto de 2016 se dé la salida en la plaza de Chamonix del Ultra Trail del Mont Blanc, la carrera de montaña más importante del mundo habrá dado comienzo, y 47 horas después, el tiempo máximo que permite la organización para terminar los 170 kilómetros rodeando el macizo, la temporada de carreras de montaña habrá terminado para muchos.

Las carreras puntuables para participar en esta prueba ya lo harán para 2017, y lo que resta en el continente europeo ya no tiene el mismo prestigio, no la misma dureza competitiva, con permiso del Spartathlon, 246 kilómetros entre Atenas y Esparta, celebrando la hazaña del mensajero Filípides, más larga pero menos técnica que el UTMB.

Las carreras de otoño y final de verano, en el mismo período de la vuelta a la rutina y a los entrenamientos, siempre han sido para los runners y atletas populares una forma de testar la forma con que se afronta la temporada.

Como casi nadie deja hoy de entrenar en verano, y los picos de forma son muy pocos quienes los planifican -sobre todo cuanto mayores somos, preferimos una meseta de forma con lomas y valles poco pronunciados- septiembre y octubre son meses en que disfrutar de las carreras de montaña con días largos y aún buen tiempo sin calor excesivo.
Unas pocas de las muchas carreras de montaña de septiembre:

El día 3 de septiembre, el Trail el Guerrero de Gredos, pone a prueba a corredores de montaña durante 45 kilómetros desde Candeleda y con recorrido por el corazón de esta sierra.

Del 4 al 10 en siete etapas, por la parte catalana más alta del GR 11 (sendero de Gran recorrido que cruza la cordillera), la Pyrenees Stage Run recorre algunos de los parajes europeos que más merece la pena conocer.

Del 3 al 4 de septiembre, la Ultra Cerdanya, sobre todo la Classic 85 km, también en el pirineo catalán y con final en Puigcerdá es una prueba obligada, con 4 puntos para la participación en el UTMB para quien termine, por si la belleza del recorrido no fuera motivación suficiente.

El mismo día 4 se celebra el kilómetro vertical del Moncayo, una montaña curiosamente intacta pese a su accesibilidad y de las más disfrutonas para ascender corriendo.

En Benasque, el día 10 la Trail2Heaven (sí, se llama así), es el plato fuerte del fin de semana; con 48 kilómetros de recorrido une los valles de Benasque y Luchon con 5.000 metros de desnivel positivo, pasando a los pies de Maladeta.

El 17 de septiembre el trail XtremeLagos recorre Picos de Europa durante 42 kilómetros saliendo desde Covadonga y recorriendo una de las áreas más protegidas del parque, por pistas marcadas y buenos senderos.

El mismo día, se da la salida al “Titán de La Mancha”, un recorrido de escaso desnivel que se celebra por primera vez durante 66 kilómetros por las localidades de Alcázar de San Juan y Puerto Lápice.

De “faro a faro” es una competición por parejas que recorre la isla de Tenerife entre el 24 y 25 de septiembre, del faro de Anaga al faro de Teno, pasando por el Teide.

La dificultad en sus 141 kilómetros es tal que sólo unas pocas parejas son capaces de terminarla cada año. Las plazas para participar suelen acabarse en febrero.

El mismo 24, el Ultra Trail de la Montaña Palentina propone 70 kilómetros por este espacio, poco frecuentado y con paisajes espectaculares. La dureza de sus 9000 metros positivos la hace puntuable para el UTMB con 4 puntos.

El primer fin de semana de octubre se acumulan las carreras. Los 82 kilómetros de la Ultra de Gredos, con salida de nuevo en Candeleda y el Ultra de la Demanda y Ezcaray con 48 kilómetros por la sierra riojana son dos de las mejores opciones a tener en cuenta.

Por supuesto, no todas las carreras del final del verano son por montaña: no hay pueblo en la geografía española que no programe una carrera como parte de sus fiestas.

Cada cual espera su carrera con encanto, aunque para los mejores maratones de España habrá que esperar a noviembre.

Si quieren atraer a atletas con renombre y las nuevas figuras que surjan del Juegos Olímpicos lo mejor es esperar a que la temporada haya avanzado o a febrero y marzo.

Los que no planificamos la temporada con ese rigor tenemos la suerte de poder aprovechar los últimos días de calor y luz, aunque no consigamos marcas para hacer portadas. No se puede tener todo.