'Si duele es que es bueno' o 'A las pocas semanas de empezar a correr siempre tendrás alguna molestia, siempre te dolerá algo' o sentencias parecidas suelen emitir expertos corredores, la mayoría con bastante maratones en su haber y otras tantas lesiones.

Pues bien, el Chirunning, que no es otra cosa que correr de la forma en la que está preparado para hacerlo el cuerpo humano defiende justo lo contrario: correr sin dolor, correr sin lesiones, correr y recuperarte de dolencias, sin esfuerzo… canalizando el Chi o energía del cuerpo.

Basada su definición en la del Tai Chi (para adentrarse en el Chirunning no hace falta saber ningún movimiento del Tai Chi) busca esta filosofía un movimiento ergonómico óptimo en el que la pisada, la zancada y la alineación del cuerpo y el core (zona abdominal) son la base.

No pisar de talón, y sí con la parte media o delantera del pie, y hacerlo debajo del centro de gravedad del cuerpo para reducir el impacto; dar zancadas más cortas para repartir las fuerzas y de nuevo reducir el impacto; y llevar los hombros y brazos relajados, con el cuerpo no excesivamente echado hacia adelante, para reducir el gasto energético al máximo, y partiendo de los abdominales para dar movimiento a las piernas.

Si habéis oído hablar algo de barefoot o de correr descalzo, esto os sonará. Y es que el Chirunning vendría a ser correr bien. Vamos, que lo de correr bien lo ha hecho el ser humano durante siglos. Y es evidente que se nos ha olvidado.

“¿Quiere correr bien y enseñar a correr bien? Pregúnteme cómo”

Otra cosa es que en los noventa se quisiera dar un aspecto trascendente y espiritual a un ejercicio que el hombre hizo durante miles de años: correr como forma de vida, de forma natural.

Ah, que el Chi es “la energía que une cuerpo, mente y espíritu”, por lo que ya está tocando el terreno de la fe... Ah, que la técnica del Chirunning es una marca registrada en 1999 y que no tiene documentación anterior a ese año y que está ligada al best seller 'El correr Chi' de Danny Dreyer.

Y... ¡Oh! que antes de 1972, año en el que se inventaron las zapatillas con amortiguación, (casi) todos los deportistas corrían Chirunning: tanto Bikila como el resto de atletas, pues no por ir calzados (sus zapatillas eran casi como calcetines y sin drop) tenían una técnica diferente.

No olvidemos tampoco que la marca registrada Chirunning certifica a profesores para que divulguen la palabra de Danny Dreyer por todo el mundo. En fin.

Evidentemente que el fondo del Chirunning es loable al buscar una forma de correr innata al ser humano, aquella que perdimos de niños al aumentar la amortiguación y la diferencia de altura entre talón y metatarsos en los calzados.

Pero hablar de energía o Chi es meter creencias, las cuales o se tienen o no se tienen, en una actividad física que el Hommo Sapiens utilizaba para trasladarse, moverse, escapar, cazar y recorrer largas distancias.

Lo de hablar de que en occidente rechazamos lo oriental, que es lo que hacen los defensores de esta cuasi religión fundada por un hombre occidental en los noventa, es una defensa sin argumentos.

El Chirunning no es Tai Chi; tampoco es Yoga; y curiosamente, no se practica en oriente. Dicen que tiene su origen en Oriente. Aunque lo de correr bien, eso, que se hacía en todo el mundo… Lo que sí es cierto es que tiene su origen en la mitad del nombre del Tai Chi. Es un muy buen nombre. Una agencia de publicidad no se hubiera inventado uno mejor.