Para correr mejor puede que haga falta algo más de fuerza muscular; en todo caso, entrenarla es un medio perfecto de evitar lesiones y ser un corredor más años. Sin duda, entrenar la técnica es algo fundamental, tanto si se corre largas distancias por montaña como carreras populares en ciudad.
Hay que tener bajo control el peso corporal: unos kilos de más nunca han ayudado. Es importante ir calzados (salvo para quienes son partidarios del barefoot) con zapatillas que ayuden a la carrera y protejan el pie; algo de ropa que proteja del frío, absorba bien el sudor y no produzca rozaduras. Comer e hidratarse bien en carreras largas. Poco más.
No, aunque no se tenga una fuerza privilegiada se puede ser un buen fondista: el gran Lasse Virén campeón olímpico en 5.000 y 10.000 metros en 1972 y 1976, no era probablemente capaz de bajar de 13 segundos en 100 metros.
Incluso en deportes en los que la fuerza muscular parece que es el factor limitante, como la escalada deportiva, resulta no serlo tanto: el mejor escalador deportivo de la década de 2010, el checo Adam Ondra, ponía como uno de los objetivos para la temporada llegar a hacer una dominada con un brazo, mientras la mayoría de sus competidores se machacan en el gimnasio.
Entrenar más no siempre es mejor. Las mejores ganancias vienen de los entrenamientos que se aprovechan y de calidad. Entrenar gimnasio, correr y piscina en un día no es entrenamiento cruzado y dos sesiones, bicicleta por la mañana y merienda con crossfit al día siguiente no es dar una caña al cuerpo que va a agradecer bajando de tres horas en maratón.
Entrenar al fallo series de 100 para dar intensidad y después 20 kilómetros de trote todos los días tampoco es el camino a una buena marca en una carrera de montaña. Aunque si no se ha dejado la motivación por el camino, puede servir para saber cómo acabar.
Para correr mejor no es necesario perder hasta el último gramo de grasa: sólo atletas de élite mantienen la grasa corporal en proporciones insanas durante el tiempo de la competición.
Si el plan es disfrutar de las carreras, lo mejor es tener un peso adecuado y ajustarlo antes de la carrera objetivo. O ni eso, a no ser que el beneficio del premio compense un esfuerzo que no tiene nada de divertido ni de gratificante.
No se necesita una musculación de culturista, por supuesto para correr más: los músculos pesan y piden que se les bombee con sangre y a partir de cierto volumen no son de ayuda para nada ni en el deporte ni en la vida
No hacen falta zapatillas de última tecnología, camisetas de telas diseñadas para viajes espaciales, calcetines de pelo de gacela sin costuras. Ni colores estridentes. Ni gadgets último modelo: al mundo no le interesa el perfil de nuestra carrera ni si hemos mejorado el récord personal en la subida al monte de nuestro patio trasero.
No son definitivamente algo imprescindible el teléfono y los auriculares, aunque puede sacar de un apuro y correr escuchando música puede ser un alivio en largas tiradas no muy rápidas
Pero sobre todo no hace falta una GoPro o similar o parar a hacerse fotos en esos entrenamientos sirven para correr más, mejor o disfrutando más, o sólo para tener material que publicar en las redes sociales y en la cuenta de Youtube; lo que, de verdad, resulta no sólo innecesario, sino un punto demasiado cansino.
No hace falta gritar por el monte cuando pasas corriendo, no es necesario anunciar lo bien que te queda el modelo y lo bien que corres, no es necesario recibir muchos pulgares hacia arriba para ser mejor corredor. De verdad.