Que correr genera beneficios tanto físicos como mentales está científicamente probado desde hace tiempo.

Aun así, alrededor de su práctica sigue el runrún de mentiras o verdades a medias que a veces minan la moral de sus practicantes, siembran el desconcierto y generan miedo o rechazo a una actividad, que si bien ahora es afición, milenariamente era la forma en la que el ser humano viajaba y cazaba.

Los cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York, la isla de los famosos no muertos o el cemento que se te forma al mezclar Coca-cola con Bayleys son creencias que, si bien en algún momento estuvieron basadas en algún hecho real (y por tanto subjetivo) como las películas, de un tiempo a esta parte andan acompañadas por la lista de cosas del hombre del saco del running.

Pues bien, toca abrir la bolsa y sacar algunas de las que más se comentan por caminos, asfaltos, oficinas y otros lugares del mundo.

1.- Correr engorda las piernas. Ya, claro, no hay más que ver a las y los atletas profesionales, que corren de seis a siete días a la semana cantidad de kilómetros con alta calidad...

Si bien corriendo fondo se ejercen los músculos de las piernas, muchos son los corredores que terminan, incluso, afinando sus extremidades inferiores por la quema de grasas. La morfología de las piernas podría ser modificable, pero tiene un componente genético crucial.

Sí, hay buenos corredores con piernas más voluminosas que las de los etíopes, pero ya las tenían de serie. No obstante, puede que algunos corredores de ultradistancia sí terminen teniendo piernas más voluminosas.

Un hombre corriendo

2.- Correr genera varices. Vaya, se ve que aquella tía abuela tuya o el primo de tu colega Rafa debieron de correr mogollón de kilómetros hace años, pues han terminado operándose de las venas de las piernas por mala circulación.

Las varices también tienen un componente genético importante y se producen cuando las válvulas de las venas no funcionan correctamente y carecen de fuerza para empujar el torrente sanguíneo. Lo cierto es que andar, el ciclismo o correr favorecen y ayudan a paliar los síntomas.

3.- Correr genera celulitis. De nuevo, conviene mentar a atletas. Y ya. Bueno, también habría que decir que una vez que se tiene celulitis, el ponerte a correr, si bien será beneficioso, no hará que te desaparezca… a no ser que te emplees como una auténtica corredora olímpica.

4.- Correr destroza las articulaciones, en especial las rodillas. Esta es cierta… si se corre mal, claro. Si uno domina la técnica de carrera y el primer impacto al pisar no es con el talón y sí con los metatarsos o de medio pie, a pesar de que no estará libre de lesiones, su probabilidad de sufrirlas será mucho menor.

¿Por qué? porque estará amortiguando de la manera que en la que el ser humano amortiguó desde la prehistoria hasta los setenta, cuando se introdujo la amortiguación.

A partir de ahí, ponte las zapatillas que creas conveniente: Con amortiguación o correctoras de la pronación o sandalias o descalzo (sí, descalzo)… eso, si corres bien, mejor.

¿Por qué nos lesionamos?

5.- Correr quita la resaca. No sólo es falso, si no que sería, incluso, perjudicial. El alcohol deshidrata, por lo que después de haber bebido más de la cuenta, correr sólo te supondría acelerar la deshidratación, y por ese motivo se correría el riesgo de lesionarse más fácilmente.

6.- Los últimos km de un maratón se corren con la cabeza. Está es un clásico que la suelen soltar tanto los que no han corrido maratones como los que los han corrido.

Lo cierto es que los últimos kilómetros de un maratón depende de la fuerza que se tenga en las piernas y de que en el entrenamiento se haya acostumbrado al cuerpo a correr obteniendo la energía de grasas, pues a esas alturas el glucógeno es escaso. Eso es lo que te permitirá, después, hacer los juegos mentales que quieras.

7.- Los que corren son especiales. Es precisamente esto lo que genera alguna que otra animadversión entre los no corredores. Normal. Porque ni correr ni terminar un maratón te hará especial frente a los que no hacen running ni son ‘finishers’.

Bueno, las endorfinas es lo que tienen, que a veces te hacen creer que levitas. Así, hay corredores de distintos pelajes: corre Zapatero, corre Aznar, corre Jenaro (Gowex) y muchos más… corre David Muñoz (Diverxo), corre Forrest Gump, corre 'La Pedroche', y George Bush sin parar.