Que correr un maratón requiere un gran esfuerzo es obvio para cualquier corredor. También que lo es aún más el entrenamiento de los meses anteriores. Otra cosa es que esa dureza esté bien enfocada, es decir, que se hagan los esfuerzos adecuados en los momentos justos y necesarios.

Dicho de otro modo: el que se lleven a cabo entrenamientos innecesarios en momentos que no toca llevará al corredor, primero, a fracasar en el maratón, y después, a pensar que se ha esforzado poco y que ha hecho kilómetros de menos.

La pescadilla que se muerde la cola. Se hacen kilómetros de más, el muro aparece sin piedad y el corredor piensa que ha hecho kilómetros de menos, por lo que de cara al siguiente maratón aumentará los kilómetros, en especial esas tiradas largas, pues su sentido común le señala que es lo más parecido a esa exigente prueba. Mal.

¿Y si la solución pasa por trabajar la intensidad en las series y reducir la velocidad en algunos rodajes así como hacer más rodajes de duración media (entre 1 hora 45 minutos y 2 horas), pasando a hacer sólo un rodaje de 2 horas 15 minutos?

Muchos profesionales y cada vez más aficionados están disfrutando de las ventajas de rodar, de vez en cuando, muy por debajo de sus posibilidades. Independientemente de su nivel y del tiempo que pretenden hacer. Primero, para optimizar la fuente de energía del cuerpo, y que no sólo la obtenga de hidratos de carbono y tire de grasas; segundo, para llegar frescos como lechugas, o por lo menos, no maduros como las uvas pasas a esos 42,195 km.

De igual forma no se debe competir todos los fines de semana, ni tampoco hacerlo al máximo las semanas previas. Supondría aumentar el estrés, aún más, al cuerpo, que debe llevar al maratón en condiciones óptimas, con ganas de rodar e invitando y animando al cerebro a hacerlo.

Los rodajes largos y los kilometrajes altos, sobrevalorados

¿Hace falta haber corrido 10 km (seguidos) antes de correr un 'diezmil'? No ¿Hace falta correr 21 km (seguidos) antes de correr un medio maratón? No ¿Hace falta correr 42 km (seguidos) antes de correr un maratón? No. Pero es que no haría falta ni pasar de 30. Ni de 28. Y si se hacen unas buenas series, incluso no sería necesario pasar de 26. Evidentemente estos números son generales y variarán dependiendo del individuo. Pero poco.

No es bueno fijarse en la élite para todo. Y menos en los keniatas o etíopes. La ciencia señala qué cosas son beneficiosas para los aficionados y cuales no. Sin ir más lejos, el portentoso Kenenisa Bekele hizo sesiones dobles tan largas para su último maratón que llegó sobreentrenado.

En cambio, Yuki Kawauchi, el japonés que corre 15 maratones al año, se beneficia de altos kilometrajes y se ve que le va bien, aunque no hay que olvidar que dos días a la semana corre muy, muy por debajo de sus posibilidades.

Es el día de la prueba cuando se debe hacer ese gran esfuerzo, y si se quiere que sea un premio y una fiesta, se debe llegar con la gasolina a tope. Y eso: si has fallado en tus últimos maratones, plantéate reducir las tiradas largas, incluso, hacer menos kilómetros. De esa forma, te saltarás el muro como lo haría un gigante.