Maratoniano. Cada vez que escuchas esa palabra te entra un escalofrío, una sensación inexplicable. Si no has corrido ninguna maratón, tendrás que hacerlo para descubrirlo, pero si ya has hecho alguna, sabes que cada una de ellas se traduce en una historia diferente, pero sigues sintiendo, ese “no sé qué”. Ya sabes de lo que hablo.

Cuando me enfrenté a mi primera maratón, el camino hasta llegar a recorrer los 42,195 km, la concepción que tenía del running cambió, pero diría que mi cabeza ya había empezado a dar un giro durante los meses previos de preparación. Podría seleccionar 10 momentos con los que me quedo, aquellos que de repente aparecen por el camino y te hacen cambiar, ser diferente.

Los 10 momentos que te marcarán entrenando una maratón

Aviso antes de empezar. Quizá nunca te habrías imaginado que llegarías a estar en esta situación, pero te adelanto que si estás entrenando una maratón te convertirás en una “bestia” insaciable. Luego entenderás por qué.

1.- Los dolores son reales: El aumento de los kilómetros provoca que tu cuerpo grite dos cosas: aliméntame y dame más. Tu simple y sencillo desayuno se convertirá en un mega extra desayuno pre entrenamiento y post entreno. Y añade otro más, el bocado del medio día que no te lo quite nadie

2.- Los líquidos: Siempre cuidarás estar bien hidratado y llevar encima algún isotónico. Tu experiencia ante las bebidas puede que cambie y el alcohol… se quedará en un segundo plano. “A mi ponme un agua, por favor”.

3.- Vas a hablar un nuevo idioma: Nuevos nombres como fartlek, glucógeno, pulsaciones, pronación, largos, geles… van a formar parte de tu vocabulario. Cuando estés conversando y haciendo uso de estas palabras y te des cuenta de que tu mirada no se queda perdida, ¡enhorabuena! Ya dominas el argot maratoniano.

4.- El vestuario será predecible: No hay nada malo en ello, pero tu jornada contará con dos looks diferentes: uno para ir al trabajo y el que guardas en la mochila para salir a entrenar. ¿Sientes que el cesto de la ropa sucia no da para más?

5.- El “agotamiento de maratón” es real: Estás viviendo en tus propias carnes que entrenar una maratón no es sencillo, pero notarás que tu horario de sueño se convertirá en más regular. El insomnio quedará relegado a un recuerdo lejano.

6.- ¿Y estos músculos?: Descubrirás músculos que ni tú sabías que tenías. Esas agujetas…

7.- El cálculo de acompañará: Los números serán tu pan de cada día. Contabilizarás todo el kilometraje semanal, los ritmos, pulsaciones…

8.- Tus pies cuanto menos a la vista mejor: En invierno podrás salvarte, pero en verano la cosa se complica. Rozaduras, callos, uñas… ¿Y una pedicura? Mi pregunta es ¿realmente sale rentable cuando machacas tanto tus pies?

9.- Serás la persona más ocupada: Dicen que si realmente quieres lograr algo, harás lo imposible para exprimir tu tiempo al máximo. Serás capaz de compaginar tu vida laboral, social y entrenamientos. Tu reto puede con todo.

10.- Te emocionarás: Días en los que de repente sientes algo, una sensación que recorre todo tu cuerpo y no sabes explicarla, incluso llegas a soltar alguna lágrima. ¿Por qué? Lo estás haciendo, cada vez estás más cerca de conseguirlo, pese a todos los obstáculos del camino.

Pero si te tengo que asegurar algo es que el trasfondo de todo esto se traduce en que aprenderás a correr con dolor, estés de mal humor, tengas sueño o tu día sea de perros. Y la otra verdad es que probablemente, te va a encantar.