Si quieres ponerte en forma de cara al veranito que está a la vuelta de la esquina, dile bye bye al running -el segundo ejercicio físico con más tirón en el mundo después de caminar- porque es una de las peores y más ineficaces actividades físicas si tu objetivo es quemar grasa para bajar esa tripita cervecera que has ‘construido’ durante el otoño e invierno.

Existe una falsa y arraigada creencia en la gente que piensa: si quiero ponerme en forma, tendré que empezar a salir a correr algún día de estos. No necesariamente. Aunque equivocadamente es la tendencia natural. La explicación es que correr a una velocidad ‘X’ (ni muy rápido ni muy lento) durante un buen rato, no aporta nada parecido a un beneficio físico.

Si bien es cierto que siempre será mejor hacer alguna actividad física antes que estar tirado en el sofá de casa viendo la televisión y atiborrándote a comer chucherías, correr es un ejercicio que prácticamente no cumple casi ninguno de los requisitos de lo que se considera una actividad física catalogada como saludable.

Pero la gente corre y corre, como el famoso conejito que anunciaba unas pilas alcalinas. Y cuando les preguntas te dicen que lo hacen por dos razones principales: quemar grasa y hacer un poco de ejercicio cardiovascular, con el fin de reducir el volumen de su barriga para no pasar vergüenza ahora que el calor aprieta y es imposible disimular semejante curvatura cuando solo llevas puesta una camiseta de manga corta.

De forma innata, las personas piensan que correr les ayudará a perder peso y a sentirse mucho más ligeros. Aunque no te lo creas, si practicas cualquier otra actividad física diferente al running lograrás mucho antes tu objetivo y, además, de una manera mucho más eficaz.

Una de las fórmulas mágicas para perder la grasa acumulada en la barriga y en el trasero es realizar ejercicios de fortalecimiento como: sentadillas, subir escaleras, levantar pesos, hacer abdominales y flexiones, etc.

Por otra parte, con el entrenamiento denominado de alta intensidad (HIIT), consistente en la ejecución repetitiva de diferentes tipos de ejercicios como si fuera un circuito, conseguirás mejores resultados que corriendo debido a que tus músculos deberán enfrentarse a ejercicios de resistencia. Como consecuencia de ello, tu metabolismo se acelerará, tus pulsaciones aumentarán, quemarás un mayor número de calorías y eso significará una mayor cantidad de grasa perdida.

Y es que salir a trotar o como se decía hace algunos años hacer footing es como quedarse a medio camino entre algo y nada. Por un lado, mejoras tu capacidad o condición aeróbica, pero la cantidad de grasa quemada es prácticamente la misma que si te quedaras en tu casita realizando alguna tarea doméstica.

Si quieres que tu panza (también aplicable al trasero) se reduzca, sería preferible y más recomendable que salieras menos días por semana a correr –por ejemplo, dos o tres- pero realizaras esprints intensos.

Te garantizo que si pones en práctica esto último que acabas de leer, comprobarás en tus propias carnes como pierdes la grasa invernal acumulada en tu barriga mucho más rápido de lo que crees. En definitiva, si quieres reducir volumen de alguna parte de tu cuerpo: esprinta más y trota menos.