Para saber el tipo de pisada que tenemos, debemos acudir a especialistas en biomecánica del pie, que nos harán una sencilla prueba y nos dirán si somos pronadores, supinadores o de pisada neutra.

"La primera fase es la del aterrizaje, que es cuando el pie entra en contacto con el suelo. Esto lo hacemos todos de la misma manera, gastamos por fuera que se dice, que es entrar en supinación porque vamos en rotación externa de carrera. Esto lleva a error a mucha gente porque al ver que gastamos por fuera pensamos que somos supinadores", indica Pablo Martín, especialista en Running Company Madrid.

"La segunda fase es la de impacto, que es el peso multiplicado por la inercia, y ahí es donde cada tobillo se comporta de una manera diferente. El neutro, que es una pisada muy homogénea hace un apoyo bastante plano. El pronador, que es lo más común, tiende a pisar un poco hacia dentro, y el supinador, que es un 4% de la población que se iría por fuera", explica Martín.

La prueba principal consiste en correr durante un minuto sobre una cinta automática a un ritmo normal. Así, el personal especializado de la tienda puede observar la forma en la que pisas.

"Lo primero que tenemos en cuenta es el tipo de pisada, que es un factor importantísimo, pero no menos importante es lo que nosotros llamamos 'el perfil del corredor', es decir, el uso que vaya a hacer del calzado, el peso de la persona que lo va a usar, si es propensa a tener sobrecargas y el tipo de entrenamiento que va a hacer", concluye Pablo Martín.

En función de los resultados de la prueba puedes saber qué tipo de zapatilla adquirir para salir a correr y neutralizar tu pisada. En mi caso, que soy pronador, tendría que hacerme con unas de ese tipo si quiero proteger mis tobillos y no lesionarme.