¿Puede un alto mando de uno de los ejércitos más poderosos de la historia desaparecer de golpe? , ¿Cómo pudo desaparecer el general Kreipe, uno de los más importantes cargos de la Alemania nazi en Grecia, sin dejar ningún rastro?, ¿Qué pintan en esta historia los entrenamientos espartanos, la paleodieta o la carrera por montaña?, ¿Eran runners los “Malditos Bastardos” de Tarantino?

Muchas preguntas lanzamos, es cierto, pero si lo hacemos es porque sabemos que todas tienen respuesta. Y las guarda un hombre que ya nos tiene acostumbrados a páginas llenas de épica.

Si os hablo de Christopher McDougall no os descubro nada: el autor de una de las mejores piezas dedicadas al ultrafondo está de vuelta con un nuevo relato. Su inspirador “Nacidos para Correr” –la historia de la visita de algunos de los mejores corredores de montaña del planeta a los indios tarahumaras gracias a la intervención de un enigmático atleta conocido como “Caballo Blanco”- ha hecho a más de uno calzarse las zapatillas (o las huaraches) para salir a dar caña en la montaña.

El regreso de McDougall con “Natural Born Heroes” nos lleva a una época negra de la Historia, en la que la resistencia griega se oponía a duras penas a la maquinaria alemana que desde 1941 se había hecho fuerte en aquella parte del continente. Creta estaba asolada por los soldados nazis: la isla no se libró de las atrocidades que asolaron Europa, por lo que el sentimiento de resistencia al invasor era aún mayor.

La historia de los partisanos helenos podría haber tenido el mismo final que otras, pero la aparición de un grupo de soldados británicos cambió radicalmente el curso de los acontecimientos. Una unidad inglesa comandada por Patrick Leigh Fermor desembarcó en la isla para cooperar en una operación de increíble dificultad, una auténtica locura que podía estar al alcance de auténticos superhéroes.

La elección de Leigh Fermor no fue cosa de azar: de joven, recorrió a pie toda Europa y acabó por recalar en Grecia, un país del cual se enamoró. Años después, ante la amenaza de las fuerzas del Eje, asumió la responsabilidad de formar un escuadrón suicida que combinaría durante su entrenamiento las tácticas militares modernas con la extensa tradición helena en el culto al cuerpo.

Solamente en la “Isla de los Héroes” (como se conoce a Creta) podría encontrar a aquellos que hacían de las largas distancias su pan de cada día: pastores que recorrían largas distancias y que les guiarían  en su larga huída. Ellos serían capaces de hacer que las tropas británicas centraran su atención en una alimentación cercana a la paleodieta o que se especializaran en el Pankration, el estilo de lucha practicado en la antigua Grecia.

Con los nazis siguiendo sus pasos, Leigh Fermor y los suyos llevarían a cabo un encargo que cambiaría el signo de la historia. Y todo, con algunos de los métodos y prácticas que tú y yo podemos utilizar en nuestro día a día. Son cosas que han pasado de generación en generación y que, vistas desde este prisma, adquieren un nuevo sentido.