De casa al trabajo en coche o transporte público, ocho horas sentado (en el mejor de los casos) y volver a casa de nuevo. Puede que tu rutina diaria se resuma en esto. En tal caso, admítelo, tu modo de vida no resulta demasiado activo.

A lo largo de los siglos hemos ido adquiriendo hábitos cada vez más sedentarios que poco tienen que ver con los de nuestros antepasados más remotos, que se veían obligados correr, saltar, levantar pesos, mantener el equilibrio para sobrevivir. Pues bien, con el fin de rememorar ese estilo de vida ha surgido el Paleo Fitness: una disciplina que homenajea a los hombres de las cavernas y que propone la realización de una serie de ejercicios físicos en directo contacto con la naturaleza.

Desde su nacimiento en 2008 en EEUU el concepto ha ido ganando adeptos ya que no sólo se centra en el ejercicio físico sino que es una filosofía que influye también en la alimentación y que va enfocada a un modo de vida sano. “Se trabaja en muchas direcciones y muy distintas”, según explica Erwan Le Corre, fundador del bautizado como MovNat o Movimiento Natural.

El Paleo Fitness propone más de un centenar de actividades, como moverse entre las rocas, los troncos y las ramas, utilizándolos como si fueran máquinas del gimnasio. Eso sí, calibrando cada ejercicio para respetar los elementos naturales de los que se hace uso.

De este modo, la disciplina prevé movimientos naturales y básicos, como flexiones de rodilla, pasos y carrera, acompañados de superación de obstáculos, caminos en subida, saltos ejecutados con obstáculos llevando pesos u elementos naturales.

La filosofía es la de realizar movimientos con libertad, de maneras distintas, rememorando nuestra etapa infantil. Por tanto, al contrario de lo que sucede en un gimnasio, no se utilizan elementos específicos y el entrenamiento no va dirigido a grupos musculares concretos.

De momento, el Paleo Fitness ya es la próxima tendencia internacional en relación con la formación y el movimiento para mantenerse en forma. De hecho, en Nueva York ya existe un grupo de personas que durante el fin de semana se reúnen en Central Park para practicarlo y se realizan workshop por todo el mundo, desde Tokio a Sydney pasando por Munich, para fomentar su práctica.

Puede que la imagen de personas descalzas que trepan por los árboles o que cargan con rocas nos pueda hacer sonreír recordando a Tarzán, pero lo cierto es que el Paleo Fitness sólo es el último pretexto de moda para reclamar un nuevo contacto con la naturaleza. ¿Te unes al movimiento?