La avena es un cereal rico en fibra, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas E, B6 y B5, y minerales como el hierro, manganeso, cobre y selenio, entre otros. Estos componentes hacen que sea uno de los cereales más completos y saludables que existen.

Entre los beneficios que contiene el consumir este cereal encontramos algunos como que aporta energía, depura los compuestos pesados de nuestro organismo, mejora el sistema digestivo, ayuda a la producción y desarrollo de tejido nuevo en el organismo, previene el riesgo de cáncer, ayuda a disminuir el colesterol, previene el hipotiroidismo, etc. Todos estos beneficios han hecho de la avena un nutriente fundamental en las dietas, sobre todo en la de los deportistas.

De hecho, “ya en la época de los celtas, en el norte de Europa, lo llamaban el cereal del guerrero por sus características energéticas”, según explica Astrid Barqué, especialista en cocina natural.

Aunque la avena se ha puesto de moda en los últimos años es un cereal que tiene origen en Asia Central, aunque este alimento no tuvo tanta importancia en la época como lo tuvo el trigo o la cebada, ya que se le consideraba una mala hierba”, según indica la web de agricultura Infoagro.

Lo bueno de la avena es que se puede consumir cruda, cocida (previamente en remojo) y en formato líquido (leche de avena). Además, este cereal se puede acompañar con diferentes alimentos y bebidas creando así decenas de platos variados. A continuación te damos algunos ejemplos de cómo tomar la avena.

Tortitas: una receta fácil y rápida para los más vagos. Solo necesitas 60 gr de harina de avena (trituramos copos de avena y harina y ya lo tenemos, no hace falta comprarla), 6 claras de huevo, edulcorante, una cucharadita de canela y una cucharada de sacarina líquida. Lo batimos todo junto y vamos vertiendo la masa en una sartén engrasada con aceite de oliva para que no se nos queden pegadas. Puedes acompañar las toritas con fruta, mermelada, queso fresco, o cualquier alimento que se te ocurra.

Muesli: tan solo tienes que coger un bol e introducir copos de avena, almendras, avellanas, nueces, fruta deshidrata, y cualquier nutriente con el que quieras. Por último le añades un poco de leche y un chorrito de miel y ya tienes tu desayuno.

Un tazón de muesli con avena

Yogur con avena: desayuno, merienda o cena, lo puedes tomar en cualquier momento del día. Tan solo necesitas un yogur, tres cucharaditas de copos de avena, un chorrito de miel para endulzarlo y cualquier fruto seco que te guste.

Avena en bebida: además de le leche de avena, podemos hacer smoothies con diferentes frutas y avena. Por ejemplo un smooothie de plátano. Los ingredientes que necesitas son una taza de plátanos, una taza de leche (la que quieras), media taza de yogurt natural, media taza de avena cruda, una cucharadita de extracto de vainilla y azúcar o miel para endulzar la bebida.

Para elaborarlo solo tienes que agregar meterlo en la licuadora y mezclarlo. Si te lo vas a tomar en el momento y no puedes dejarlo en la nevera, puedes meter unos hielos y picarlos junto al resto de los ingredientes.

Creppes de avena: para cualquier comida o cena podemos hacer unas creppes de avena rellenas de verduras, carne o cualquier cosa que quieras ponerle. Necesitas dos huevos, una taza de leche de almendra o cualquier otra leche, un taza de avena cruda, una pizca de sal, media cuchara de extracto de vainilla (para creppes dulces) y mantequilla.

Elaboración: tritura la avena en la licuadora sin dejar ningún pedazo entero. Después añade los huevos, la leche y la sal, y lo mezclas todo. Engrasa una sartén con la mantequilla o con un poco de aceite de oliva y comienza a hacer tus creppes. Después rellénalas con lo que más te guste pueden ser dulces o saladas.

La avena se puede tomar a diario aunque es mejor combinarla con otros cereales para llevar una dieta equilibrada. Además, “el mejor momento para tomarla es por la mañana, que es cuando tenemos el cuerpo más vacío y necesitamos llenarlo de energía para el resto del día”, recomienda Astrid Barqué.