Hay momentos de tu temporada en los que no puedes parar: quieres la marca mínima para esa prueba que buscas con ahínco, quieres batir tu récord personal en una maratón o una media o te apetece probar con distancias aún más largas. Sin embargo, hay un punto en el que tu cuerpo y tu cabeza dicen basta: quizás el hastío de salir siempre a por un buen registro acabe pasándote factura o cambies tu manera de vivir el running. Las piernas te piden kilómetros pero el chip te pide alegría.

Te traemos la solución: el próximo 12 de septiembre se celebra en Francia una nueva edición de la Marathon du Medoc, una prueba que en más de treinta años ha pasado de ser un encuentro de los corajudos de la zona a una fiesta del atletismo bien aderezada. Se hace llamar a sí misma la “maratón más larga del mundo”, pero tiene los mismos 42,195 kilómetros que el resto. El ambiente y lo que encuentras durante el recorrido, sin embargo, son lo que convierten esta prueba en un evento que no te puedes perder.

Para empezar, es una maratón temática, que implica que todos los corredores deban ir equipados para la misma. Si te da palo ver al clásico corredor disfrazado, esta no es tu prueba: la organización quiere que los 8.500 participantes estén vestidos para la ocasión. Desde películas de ciencia ficción a vestimentas de época, Medoc ha tenido trajes para todos los gustos. Esta edición se apuesta por la elegancia: si no te plantas en la salida de punta en blanco, vas a ser el raro.

Medoc es una maratón que se puede correr si estás fuerte. Sin embargo, tienes que estar preparado para ser el blanco de todas las críticas. Si no paras en los avituallamientos, público y voluntarios optan por abuchearte a tu paso: esta es una maratón para disfrutar del paisaje de viñedos y de todo lo que estos pueden ofrecerte. Si, has leído bien: las paradas de refrigerio líquido (¡hasta 22 en todo el recorrido!) ofrecen, además de agua y bebidas isotónicas, algunos de los mejores tintos de la región.

Lo de los avituallamientos con vino es sólo el principio. A las paradas para refrigerarse se les suman otras 21 con comida muy alejada de los frutos secos o los plátanos habituales en cualquier otra maratón: quesos, ternera, cerdo asado... ¡hasta ostras! No has montado un tapeo posterior a una tirada con tal variedad de cosas para comer y lo sabes. Los más listos siguen una táctica poco práctica para otras pruebas pero ideal para ésta: acompañar a ritmo suave al “coche escoba” y apurar cuando queda poco para llegar al avituallamiento de turno (donde, claro está, el “coche escoba” también para).

Seguro que ya estás salivando delante del ordenador. Echa el freno, hombre: la Marathon du Medoc exige un esfuerzo especial y es convencer a todos tus amigos para afrontar una ocasión mágica de correr todos juntos una de las pruebas más originales del calendario. Ahora, no te duermas: las inscripciones se abren en febrero y son de las que vuelan.

No encontrarás mejor excusa para preparar una maratón en la vida. Alza tu copa y brinda por Medoc. ¡Salud, corredores!