Voy a contestar a esta pregunta con la misma respuesta que suelo contestar a la mayoría de personas que me lo pregunta: depende.
Por mi experiencia, ha habido a gente que le ha funcionado, y a otra que no. Aunque si bien es cierto que los primeros son un mayor número.
Vamos con lo que dice la teoría.
Se piensa que al entrenar a primera hora de la mañana quemas más grasa ya que durante la noche, tus depósitos de glucógeno (glucosa almacenada en músculos e hígado) se han vaciado y la única reserva que queda en el cuerpo para darnos energía son las grasas. Si por el contrario desayunas primero, tu cuerpo genera insulina, que interfiere en la movilización de las grasas.
Además, si comes algo justo antes de empezar a entrenar, estarás quemando aquello que has ingerido y no lo que ya estaba en tu cuerpo.
Pero insisto, esto puede no estar mal si tu objetivo es perder grasa. Si por el contrario quieres mejorar el rendimiento y sólo puedes entrenar por la mañana, de nada sirve no tener reservas energéticas pues tu entrenamiento se verá mermado.
Y aquí viene algo importante en cuanto a cómo debe ser tu entrenamiento. Para que todo el mundo lo entienda, los hidratos de carbono salen a la palestra de un salto para darte energía, mientras que la grasa se da un paseo por la clase antes de salir a actuar.
Esto quiere decir que si no tienes hidratos en tu cuerpo y te pones a hacer un entrenamiento muy intenso, a la grasa no le va a dar tiempo a salir a ayudarte y llamará a tu puerta la querida pájara. Por tanto, si tu objetivo es perder grasa, debes ser consciente del ritmo que llevas en tu sesión.
Lo ideal es hacer un trabajo cardiovascular a una intensidad que te permita hablar sin apenas jadear. De este modo estarás asegurando que podrás acabar tu entrenamiento sin tener que ir corriendo al baño a saciar las náuseas.
Por otro lado, independientemente de si desayunas o no, hay que recalcar que sí es cierto que es mejor (o que se tienen mejores resultados al menos), con los entrenamientos matutinos.
La razón no es otra que el aumento que se produce del metabolismo, y que se mantiene durante un tiempo, haciendo que quemes más calorías después de la sesión. Además, el ejercicio a primera hora también afecta psicológicamente dándote una sensación de haber hecho un buen trabajo, y te hace más productivo durante el resto del día.
Y pese a lo que piensen muchos (que también tiene su lógica), el ejercicio te va a despejar y no te va a tener más cansado las siguientes horas. La razón es que cuando entrenamos, se desactiva la melatonina, que es la hormona del sueño, y se activa la serotonina, la hormona del buen rollo.
En resumen, si quieres perder peso, haz ejercicio liviano antes de desayunar. Y si por el contrario quieres mejorar tu rendimiento, o meterte caña en tu sesión, entonces es muy importante que tengas reservas de energía en tu depósito.
Y como siempre, si es la primera vez que lo haces, lleva siempre tu móvil encima, ve acompañado si puedes engañar a alguien, y siempre, siempre, ve poco a poco para que tu cuerpo se adapte y se acostumbre.