Estos datos, revelados por el Eurobarómetro, nos dejan a la altura del betún con respecto al resto de nuestros vecinos del Viejo Continente, especialmente, a los del Norte, cuya tasa de ‘setas’ no pasa del 10%.

Pero, ¿por qué nos cuesta tanto movernos? Falta de tiempo, pereza, cansancio… La lista de excusas es tan larga como exenta de imaginación.

Esa imaginación que, por cierto, nos vendría de perlas para cambiar el chip y empezar a transformar nuestra vida sedentaria en una vida en movimiento.

Imaginación para aprovechar cualquier momento del día para ejercitarnos, en cualquier lugar y a cualquier hora. ¿Qué necesitamos para empezar?

1.- Asumir que el sedentarismo es el gran ENEMIGO de una vida saludable. Date una oportunidad para vivir más y mejor.  ¡Los tuyos te lo agradecerán!

2.- Contemplar el ejercicio como una rutina de HIGIENE –física y mental- más de tu día a día, como lavarte los dientes o ducharte. No se trata sólo de verte mejor sino de mejorar tu estado anímico. ¡Da rienda suelta a tus ENDORFINAS!

3.- Creer en ti. En tu fuerza de VOLUNTAD. Tomártelo como algo personal: ¡la pereza no puede derrotarte!

4.- Ser firme. Avanzar lenta, pero segura. Poco a poco. La idea es que el deporte se convierta en un HÁBITO, no en un esfuerzo ocasional al que te entregues hasta desfondarte.

5.- Empezar por convertir pequeños GESTOS diarios en excusas para moverte: ir paseando a la compra, subir escaleras, meter tripa y apretar los glúteos al caminar… ¡Olvídate del ascensor! Y deja el coche aparcado. Ahorrarás combustible y contribuirás a mejorar la circulación de tu ciudad.

6.- Olvidar el PUDOR. Salta, juega con los niños… ¡Baila!

7.- Reservarte ‘tu momento’ del día. Con 10 o 15 minutos, nada más levantarte o justo antes de acostarte, bastaría para empezar.  Desperézate. Estira tus músculos. RESPIRA. Siente como la sangre circula por tus venas y olvídate de todo.

8.- Buscar una TABLA de ejercicios sencillos que puedas realizar en tu casa para desoxidarte. Sólo necesitas entre 10 y 15 minutos y un espacio para realizarla. Te asombrarías al ver lo rápido que puede mejorar tu cuerpo si lo trabajas con constancia y eficacia. ¡Hazlo!

9.- Marcarte un RETO. Si te falta motivación, búscala dentro de ti. Volver a caber en tus vaqueros favoritos, correr una carrera… ¡Lograr que tu familia haga deporte predicando tú con el ejemplo!

10.- Encontrar una actividad que te guste… pero de verdad.  Correr está de moda, pero puede convertirse en una pesadilla si te lo tomas como una obligación. El objetivo es aprender a DISFRUTAR del deporte.