"La bursitis se produce por un roce, un traumatismo directo u otras causas. Es la inflamación de una bursa sinovial, que es una pequeña bolsa con líquido que tenemos entre un hueso y otras partes móviles como son los músculos, los tendones y la piel. Existen numerosas bursas en el cuerpo en zonas como los hombros, los codos, las muñecas, las caderas, las rodillas o los tobillos", explica el Dr. Ángel Sanz Laguna, jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario de Móstoles.

Cuando los movimientos son repetitivos aumenta el riesgo a sufrirla, siendo los deportistas uno de los grupos con más "papeletas" en esta lotería.

"Cuando se hace el mismo tipo de movimientos todos los días o se hace demasiada fuerza sobre las bursas se aumenta el riesgo de padecer bursitis y también tendinitis, que es la inflamación del tendón”, comenta el doctor.

“Personas como los carpinteros, los jardineros, los soladores, los músicos y los atletas padecen con más frecuencia de bursitis o tendinitis”, explica el especialista que incide en que tanto la bursitis como la tendinitis se van haciendo más frecuentes conforme avanzamos en edad.

Los síntomas son muy concretos: enrojecimiento, calor, dolor e inflamación. Molestias que nos obligarán a suspender el ejercicio físico en caso de roce.

"El tratamiento varía según la causa de la bursitis aunque hay que guardar reposo durante la fase inflamatoria. Si se produce por roce hay que evitarlo por ejemplo utilizando rodilleras o coderas, si se produce por una infección hay que tratarla con antibióticos y siempre se trata con antiinflamatorios",  avisa el traumatólogo, ya que en ocasiones puede ir a más y "excepcionalmente se tiene que tratar con cirugía".

Para conocer el grado de incapacidad que puede producirnos debemos ser siempre examinados por un profesional, solo ellos podrán realizar el examen físico necesario para reconocer una bursitis, aunque es posible que, como advierte el Dr. Sanz Laguna, haya veces que deban realizarse pruebas de imagen "ya sea radiografía o resonancia magnética para descartar otros problemas como artritis".

También existe la posibilidad de que se pueda extraer líquido del área inflamada para descartar una infección. Es esencial reconocerla, parar a tiempo y dejar que nuestros hombros o rodillas recuperen su buena salud. Todo sea por alargar nuestra vida deportiva al máximo.