Tras el descanso estival la locura por ponerse en forma de un día para otro y empezar a correr o a ir al gimnasio como si no hubiese un mañana invade a un gran público.

Está muy bien el que se retomen las rutinas, tanto de entrenamiento como de una correcta alimentación, y está aún mejor que aquellos que suelen ser poco amigos del deporte, quieran empezar a probar qué es eso de lo que todo el mundo habla.

El número de altas en los centros deportivos se dispara exponencialmente en estos primeros meses del nuevo curso, lo difícil es mantener y retener a los nuevos socios. Por ello, lo importante no solo es entrenar con cabeza y sentido común, sino tomar consciencia de ir poco a poco para evitar frustraciones y lesiones.

¿Qué tal si comenzamos por el principio?

No se puede comenzar la casa por el tejado ni tampoco pretender tener el mismo estado de forma física que en los períodos en los que aumentamos la intensidad y volumen de los entrenamientos, y además, hemos tenido un período de descanso y desconexión.

Por ello, es muy importante que las rutinas de entrenamiento, ya sea correr, hacer pesas en el gimnasio o acudir a clases colectivas, lleven un proceso y demos tiempo al cuerpo para que se produzcan las adaptaciones necesarias en nuestro organismo.

Unas pautas básicas que no deberíamos saltarnos si queremos entrar con buen pie en la nueva temporada, son las siguientes:

1.- Acude a un profesional que te establezca una rutina de entrenamiento si eres nuevo en el gimnasio, lo que te garantiza que tu cuerpo y tu mente se vayan adaptando poco a poco y sientas los progresos pronto.

2.- No tengas prisa, tienes un montón de meses por delante para preparar bien tu temporada deportiva, de manera que practiques el deporte que practiques, sigue el principio básico de Progresión (para poco a poco ir aumentando la intensidad, volumen y cargas de los entrenamientos y ejercicios). Saltarse este principio, puede generar sobrecargas y lesiones.

3.- Tanto si eres novato como deportista amateur, es una época perfecta para pasar por el médico y hacerte una revisión preventiva. Una prueba de esfuerzo es lo más recomendable para valorar tu estado de salud y prevenir lesiones cardíacas.

4.- Establece objetivos a corto plazo, realistas, medibles, específicos y asequibles…de manera que a medida que vayas consiguiéndolos tu motivación se alimentará y estarás más dispuesto a continuar. Por ejemplo: Ir todas las semanas al gimnasio al menos 3 veces el próximo mes.

5.- Más adelante, márcate un pequeño reto que te haga ir más lejos en los entrenamientos y mantenga tu atención. En los próximos meses el calendario de carreras está lleno de ellas con diferentes distancias, en las que poder ir probándote.

6.- Entrena en grupo. Al principio de temporada, hasta que se coge la rutina, es muy recomendable entrenar con amigos o en grupo. Todos los miembros suelen estar en el mismo punto, los ritmos e intensidades son más iguales y es más motivador que hacerlo solo.

Actualmente el número de grupos de entrenamiento, ya sea de corredores o entrenamientos funcionales es muy elevado (sobre todo en las grandes ciudades), que ofrecen sesiones grupales gratuitas o a precios muy asequibles para todos los bolsillos.

7.- Cuidar lo que se come. Intenta introducir más verduras y frutas de temporada en tu nutrición. Poco a poco se convertirá en un hábito muy saludable.

No debes agobiarte y tienes que tomarte las cosas con calma e ir paso a paso. En el momento que nos saltamos alguno, corremos el riego de llevar al cuerpo a un límite para el que aún no está preparado.

Como suele decirse “despacito y buena letra”.