El Yoga te aporta el espacio y el tiempo que se necesita para integrar el proceso de cambio que está teniendo lugar y adaptar gradualmente tus prioridades y tu estilo de vida.

Hoy en día, la vida es complicada y estresante para muchos de nosotros y es muy fácil distraerse por lo ocupados que estamos. El embarazo es una época perfecta para que hagamos un pequeño hueco en nuestras ocupaciones para respirar y relajarnos.

El yoga te ayuda a prestarle más atención a tu estado de salud y el de tu bebé, lo que es muy importante para el correcto desarrollo del embarazo.

Además, te ayuda a fortalecerte y aumentar la vitalidad necesaria para el parto. Es especialmente importante, si trabajas, ya tienes familias o tienes otras necesidades que atender, ya que te ayuda a vivir de una forma más relajada y centrada.

Por otra parte, ayuda a evitar mucho del agotamiento y el cansancio que acusan las embarazadas. Este es debido a un uso incorrecto de la energía del cuerpo.

Cuando tienes una mala postura, los músculos tienden a compensarla y actuar como soportes de forma que se contraen y se ponen rígidos y acaban soportando un montón de tensión innecesaria. El efecto acumulativo en el sistema nervioso causa la fatiga, que parece no desaparecer nunca por mucho que duermas.

Es evidente que el trabajo añadido de nutrir a otro ser vivo es agotador, pero el yoga, a medida que consigue equilibrar tu postura, ayuda a mejorar la circulación de la sangre y de los fluidos, haciendo que la energía fluya de manera más armoniosa y te sientas más revitalizada.

En el aspecto mental, el Yoga puede influir de manera muy positiva, proporcionando más optimismo y fuerza para el parto y la maternidad.

En el embarazo,  el cuerpo responde de manera mucho más rápido que en ningún otro momento de tu vida  las transformaciones, por tanto es una etapa ideal para concederte algo más de atención y mejorar tu forma de vida.

El Yoga es una de las mejores maneras de empezar este cambio ya que potencia la flexibilidad y la fuerza de una forma muy suave, sin agotarnos.

Ayuda a eliminar parte de la tensión y la rigidez en los músculos y las articulaciones y a reeducar al cuerpo para eliminar los vicios posturales acumulados durante años de los que son responsables el estrés y el desequilibrio.

La respiración tiene papel fundamental en todo este proceso, ya que los beneficios del Yoga empiezan a suceder cuando respiras de forma consciente al realizar las posturas, ya que tu espalda se estira y coordinas mejor los movimientos produciéndose una liberación muscular de todo el cuerpo.

Existen ejercicios específicos de Yoga para embarazadas que para los problemas más comunes durante el embarazo, como el dolor de espalda a medida que el bebé crece y los cambios posturales son inevitables, los problemas de ciática, el dolor de las costillas, en el pubis, en las ingles o en el coxis. Todos estos síntomas tan comunes del embarazo tienen tratamiento con ejercicios sencillos de Yoga.

Algunas mujeres empiezan a  practicarlo antes de concebir, lo cual es una gran ventaja, pero si decides empezar durante el embarazo, la recomendación suele ser a partir de la semana 12 siempre y cuando tu médico esté de acuerdo

Eso sí, en este caso es más importante que nunca acudir a un especialista que guíe la práctica, siendo consciente en todo momento del avance del embarazo para evitar posturas o movimientos indebidos.