Pues bien, vamos a desterrar algunos mitos que se han estado oyendo durante muchos años pero que estudios han demostrado que igual no iban por el buen camino.

1.- Estirar antes de entrenar

¿Cuántas veces hemos oído que antes de hacer cualquier ejercicio hay que estirar? ¡Incluso yo siempre he pensado que era obligatorio!

En estos años se ha demostrado que este famoso ABC del entrenamiento puede provocar lesiones fácilmente evitables con un calentamiento correctamente llevado. Sobre todo en deportes donde hay cambios de ritmo, de dirección y sentido o saltos (¿encuentras algún deporte que no tenga algo de esto?).

La razón es que después de estirar los músculos se relajan, y si los sometemos a un esfuerzo repentino y explosivo, generamos el caldo de cultivo perfecto para la aparición de lesiones.

De todas formas he de decir que hay veces que justo antes del entrenamiento es probable que tengamos los músculos un poco cargados e, independiente de los estudios, yo siempre suelo estirar aunque sea unos segundos para desanquilosarme. Obviamente nunca tendrán que ver los estiramientos que pueda hacer antes del entrenamiento con los que haré una vez finalizada la sesión.

2.- Alinear las rodillas con las puntas de los pies en las sentadillas

Cualquiera que se dedique a esto estará pensando en una réplica ante este titular y por eso debo explicarme mejor ya que en mis clases es en lo que más hago hincapié cuando hacemos sentadillas o zancadas.

Cuando subimos escaleras, las rodillas están ligeramente adelantadas a las puntas de los pies de manera natural, y por ello no debemos limitar ese rango de movimiento ya que puede provocarse estrés en la cadera y la espalda.

Una mujer hace ejercicio con pesas

Pero por otro lado, para gente principiante sí recomiendo limitar el movimiento así como la profundidad de la sentadilla hasta coger tono, fuerza, y sobre todo técnica.

Y por supuesto, aunque esté permitido adelantar las rodillas a las puntas de los pies, siempre se hará dentro de unos límites lógicos. Debes conocer a tu cuerpo y él mismo te dará respuestas sobre si tu biomecánica te permite sobrepasar las puntas de los pies.

3.- Hacer ejercicio de baja intensidad para quemar grasa

'Tu cuerpo no quema grasa si no haces más de media hora de ejercicio' ¿Te suena, no? Cualquier actividad física quema calorías, y aunque el entrenamiento de fuerza te haga ganar unos kilos iniciales en forma de músculo, consigue que pierdas la grasa extra a medio plazo al aumentar tu metabolismo.

Piensa que los músculos necesitan energía para trabajar o simplemente sostener tu cuerpo. Cuanta más musculatura tengas más tendrá que trabajar tu metabolismo para mantener tus músculos en buena forma. Y por otro lado, hay entrenamientos de alta intensidad que te harán quemar calorías incluso después de terminarlo.

4.- Entrenar en ayunas para adelgazar

Una vez más, no penséis que me estoy contradiciendo. Entrenar en ayunas adelgaza sí, pero únicamente cuando se entrena en periodos de tiempo. Si todos los días corres en ayunas, el cuerpo se acostumbrará a esa situación y dejará de responder como lo hacía antes. Por ese motivo a la afirmación 'entrenar en ayunas adelgaza', yo respondo: depende.

Y, lo más importante, debes tener experiencia y llevar tiempo entrenando para evitar cualquier riesgo.