El alcoholismo provoca numerosos problemas en el organismo, como cirrosis o úlceras de estómago, pero, sobre todo, preocupa el dato que han descubierto en una investigación realizada por la University College London y la University of Sydney: beber sin moderación aumenta la posibilidad de una muerte prematura en un 16% y la de sufrir un cáncer de cualquier tipo en un 47%.

Sin embargo, en esta misma investigación publicada en British Journal of Sports Medicine también han arrojado algo de esperanza, y viene gracias al deporte. Según han demostrado, si estas personas realizan, de media, entre 150 y 300 minutos de ejercicio a la semana, esos porcentajes apuntados anteriormente descienden. Concretamente, el riesgo de muerte prematura desaparece y el de sufrir un cáncer baja hasta el 36%.

Y esto, claro, tiene una explicación científica. Los investigadores han descubierto que beber alcohol y hacer ejercicio tienen un camino bastante similar dentro del organismo, solo que en direcciones opuestas.

Mientras que el alcohol fuerza al hígado a abandonar su labor de deshacerse de los ácidos grasos, el ejercicio hace lo contrario, utilizando la grasa como combustible, así que mientras que beber alcohol es dañino para nuestro organismo, el ejercicio es protector.

¿Quiere decir esto que puedes beber todo el alcohol que quieras mientras que hagas ejercicio en tu vida? No, no es así. Según los investigadores, el estudio tan solo ha sido observacional, por lo que no han podido determinar si las personas que ya hacían mucho ejercicio y llevaban una dieta sana de antes ya tenían unos valores de riesgo normales.

Como comenta uno de los investigadores, el Dr. Stamakis, “no estamos sugiriendo que hacer ejercicio sea una licencia para beber más alcohol, puesto que abusar de él causa serios problemas a la salud humana. Nuestra investigación sugiere que la actividad física provoca beneficios sustanciosos incluso en las personas que ya de por sí bebían mucho alcohol”.