Una mala noche tras otra puede provocar agresividad, depresión e incluso un riesgo alto de padecer diabetes y problemas de corazón. Vamos a ver algunos consejos para poder aprovechar mejor las horas que nos regala Morfeo cada noche.

Deshazte de cualquier sonido molesto

Esto puede ser más fácil o más difícil según qué situación. Por ejemplo, si tu cisterna gotea, ciérrala. Si tu nevera hace ruido, cierra la cocina, etc. Pero por otro lado, si es tu pareja la que ronca que parece que duermes al lado de un camión con el motor en marcha, entonces la mejor opción es ponerte los cascos y escuchar una lista de música relajante. Aunque aún así, si eres de los que los auriculares les molesta en la cama, la mejor opción para cualquier sonido molesto es comprar unos tapones de cera.

Prepara tu cuerpo

Si te acuestas sin sueño, o te es difícil dormirte, puedes probar a hacer la siguiente rutina de relajación:

Te tumbas boca arriba en la cama y flexionas los dedos de los pies durante siete segundos para después relajarlos. Después haces lo mismo con los gemelos (tienes que ponerlos duros), para pasar a los muslos y completar la misma rutina con todos los músculos hasta llegar al cuello.

Recuerda que hablamos de una rutina y llegará un momento en que en cuanto te tumbes, tu cuerpo ya adoptará una actitud de relajación.

¿Eres de los que se arreglan para dormir?

Toma notas

Tu rutina diaria afecta a lo bien o mal que duermas. Un “diario de los sueños” puede hacerte encontrar la conexión entre lo que te ha pasado durante el día, y cómo ha afectado a tus horas de sueño. Apunta cada día cuánta cafeína has tomado y a qué horas lo has hecho, cuánto ejercicio has practicado, qué has comido, y a qué hora te has acostado y levantado. Si te cuesta relacionar la noche con el día, también puedes acudir a un especialista del sueño. Tu diario le habrá ahorrado muchísimo trabajo y podrá encontrar una solución mucho más pronto.

Maneja la temperatura

Según el especialista Silberman, la gente duerme mejor cuando la temperatura de la habitación en la que duerme se encuentra a 18 ºC o menos. En mi opinión esa temperatura es demasiado baja (aunque todo es probar). Aún así mi consejo es encontrar una temperatura que te permita estar arropado/a con una sábana y no pases la noche tapándote y destapándote cada minuto.

Acuéstate relajado/a

En lugar de irte a la cama con la cabeza a mil por hora pensando en lo que vas a hacer al día siguiente, tienes que intentar dejar todo zanjado dos horas antes de acostarte. Intenta un ejercicio de imaginación mientras intentas dormirte. Piensa en cualquier imagen que te tranquilice, ya sea una playa, la montaña, etc. Día tras día te será más fácil centrarte en esa imagen y olvidar el estrés del día siguiente.