Podría parecer una nueva iniciativa de alguna empresa de Silicon Valley, sin embargo, no. La genial idea de dejar a los trabajadores llegar una hora tarde al trabajo a cambio de que se muevan proviene de la provincia turca de Edirne, al noroeste del país, según explica el diario Fortune.

El proyecto recoge que todos aquellos que decidan hacer deporte (yendo al gimnasio, corriendo o haciendo algún tipo de ejercicio físico según sus gustos) podrán fichar una hora más tarde, sin tener que recuperarla después, claro está. Además, aquellos que se acojan a esta medida, serán asesorados por un nutricionista que les ayudarán a modificar sus hábitos alimentarios por otros más saludables.

El programa está en fase de prueba, pero si funciona bien, se extenderá al resto del país. Una elección que a primera vista puede resultar costosa para la administración local que es quien la financia, pero que estiman que será ampliamente amortizada por el ahorro en gastos sanitarios que podrá suponer.

De hecho, el 61,9% de los adultos turcos tienen sobrepeso y el 27,8% son obesos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Éstos se sitúan como factores importantes de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del aparato locomotor como la artritis y algunos cánceres como el de mama y colon.

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Puente en Edirne, Turquía (Wikipedia)

Según el mismo organismo, desde 1980 la obesidad se ha doblado en todo el mundo y estima que en 2030 Europa se enfrentará a una epidemia de obesidad, con seis de cada diez mujeres y siete de cada diez hombres con sobrepeso. España es uno de los países donde se espera un agravamiento de este problema, con aproximadamente un 30% de obesidad (hombres, 36%; mujeres, 21%) y un 70% de sobrepeso (hombres, 80%; mujeres, 58%).

El programa lanzado por esta localidad turca se coloca, por tanto, como un ejemplo a seguir si tenemos en cuenta que una de las principales excusas para no hacer ejercicio es precisamente la falta de tiempo, ¿o no?

Sin embargo, ésta no es la única iniciativa de la que poder inspirarse: según informaba The independent , el gobernador de la misma provincia, Dursun Ali Sahin, prohibió hace unos meses el uso del ascensor hasta el tercer piso en todos los edificios públicos, excluidos hospitales y asilos. Puede que sea una decisión drástica, pero si lo pensamos bien es una ayuda para mantener una vida más activa y además supone un enorme ahorro de energía, ¿qué más se puede pedir?