En el punto de mira están las piscinas, aunque no podemos achacar a estas el origen de todas las infecciones veraniegas, pues tratadas correctamente no deberían transmitir ningún tipo de enfermedad contagiosa.

Caso a parte sería "un eventual baño en acequias, albercas o aguas no tratadas en las que la ingestión de pequeñas cantidades de agua pueden acarrear gastroenteritis, o también en deportes acuáticos en aguas dulces no tratadas hay riesgo potencial de leptospirosis, pero no en piscinas", advierte el Dr. Eduardo Malmierca, médico internista y especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Infanta Sofía.

Una de las infecciones más comunes es la otitis como consecuencia del ambiente húmedo en el conducto auditivo externo con maceración de la piel y sobreinfección bacteriana, explica el especialista.

Para evitarlas es aconsejable usar tapones adaptables que impidan la introducción de agua y secar bien con un trapo o toalla, nunca con bastoncillos que empujen hacia en interior cualquier secreción que pudiéramos tener.

Los pies también son otros de los sufridores en estas fechas. La infección pie de atleta es una infección fúngica superficial que ocurre fundamentalmente entre los dedos, detalla el Dr. Malmierca.

Aunque se pueden producir por contacto exterior, el elemento fundamental para que aparezca la infección es mantener los pies húmedos con calzados cerrados y no transpirables, por ello el facultativo aconseja "secar los pies después del baño y utilizar calzado transpirable especialmente en días calurosos en los que va a sudar el pie, y si se hace deporte hay que retirar el calzado lo más pronto posible al terminar, secar y mantener los pies al aire... las sandalias son muy buena opción para prevenir el pie de atleta".

E igual que se recomienda un calzado  transpirable, con la ropa interior o prendas de baño más de lo mismo, pues lo contrario favorecerá que el sudor se concentre en las zonas íntimas, que se irrite y que se desequilibre la flora vaginal lo que favorecería una infección local.

Mantener el bañador mojado tras un baño es otro mal hábito a tener en cuenta, por lo que se aconseja un cambio rápido por otro seco pues los hongos proliferan en medios con exceso de humedad.

Son infecciones que se multiplican en verano pero que pueden darse en cualquier época del año si no seguimos unos hábitos saludables. Para evitarlas solo es necesario ser más prudente de lo habitual y seguir unos pequeños consejos:

1.- Respetar los protocolos básicos de conservación y consumo de alimentos y bebidas. No romper la cadena de frío en los alimentos que se almacenan.

2.- Mantener pies y oídos secos tras el baño o tras las sesiones de deporte/esfuerzo con calzado no transpirable.

3.- En verano aumenta la promiscuidad, por lo que se recomienda no descuidar las medidas habituales de prevención de enfermedades de transmisión sexual.

Mantener a raya las infecciones está en manos de todos.