No picar entre horas, limitar la ingesta de pan y dulces, hacer ejercicio… Estos son algunos de los hábitos que te habrás visto obligado a seguir si te has puesto a dieta. Sin embargo, es muy probable que ningún dietólogo haya incluido entre sus recomendaciones la de ser feliz.

Pues bien, éste es uno de los requisitos que, según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Adelaide (Australia), podría evitar el sobrepeso.

Para llegar a esta conclusión, estudiaron a 260 adultos divididos en cinco categorías en función de su masa corporal: peso normal, sobrepeso y obesos de clase uno, dos y tres.

Al realizar esta división, los psicólogos echaron por tierra el mito del “gordito feliz”: descubrieron que aquellos con problemas de obesidad tendían más hacia la tristeza y la depresión que los que tenían un peso justo.  Y más aún: esta misma condición influía en que fracasaran sus planes para bajar peso.

“Hemos visto que aquellos que eran obesos eran más propensos a estar deprimidos y a tener emociones menos positivas que aquellos que se encuadraban dentro del peso normal y sobrepeso; esta falta de bienestar puede estar contribuyendo a una insuficiente pérdida de peso”,  explica en el informe la psicóloga clínica Sharon Robertson.

A los kilos de más, ni nombrarlos

A raíz de ello, Robertson quiso estudiar también el impacto de la psicología positiva en la pérdida de peso. Para ello, su equipo llevó a cabo un estudio piloto de cuatro semanas con un grupo de mujeres.

Éstas fueron sometidas a sesiones con psicólogos con el objetivo de reforzar su autoestima, la gratitud y la felicidad en general. Eso sí, nunca se hablaba de los kilos de más.

"Las sesiones de psicología no se centraron en la pérdida de peso, sin embargo, la mitad de las participantes lo perdieron durante el transcurso de la intervención. A las 12 semanas de seguimiento, tres cuartas partes de las participantes habían adelgazado ",  apunta Robertson.

El motivo al que apunta el equipo de investigación para este logro se halla en la desmotivación que sufren aquellos que se están sometiendo a una dieta y no alcanzan sus objetivos.

“No hay alegría en centrarse en la pérdida de peso, sobre todo si alguien está fallando constantemente en su objetivo de adelgazar", señala.

"No estoy diciendo que los programas tradicionales no son efectivos, pero para aquellos que han tenido poco éxito con la pérdida de peso, tal vez convenga centrarse primero en su salud psicológica para obtener mejores resultados”.

De este modo, la psicóloga espera que las revelaciones de este estudio puedan servir para que los programas tradicionales de adelgazamiento se beneficien de la inclusión de un “enfoque psicológico positivo para mejorar la felicidad y la motivación”.

Así que ya sabes… Don’t worry, be happy; pero, por si acaso, deja ese pastel y sal a moverte un poco.