Se ‘molaron’ tanto que el gimnasio se convirtió en su obsesión. Las series se quedaron cortas. Las repeticiones, insuficientes. Todo les sabía poco. Y sus -antaño- carnes prietas mutaron en una especie de amasijo complicado de digerir visualmente. La lista de famosos que pasaron de ser ‘gente corriente’ a siervos de sus cuerpos es tan lista como variada. Para muestra, estos cinco botones (aunque para gustos…).
Mickey Rourke: Uno de los ejemplos más extremos y aterradores de mutación. Aquel refinado ejecutivo que le hizo perder los papeles a Kim Bassinger durante ‘Nueve Semanas y Media’, a finales de los 80, pasó de ser un sex symbol mundial a… (que cada uno rellene los puntos suspensivos con el adjetivo que se le venga a la cabeza). Su decadencia comenzó en los 90, cuando le dio por probar suerte en los cuadriláteros.
Entonces, Rourke dejó de ser un flaco atractivo para convertirse en una lección de anatomía andante abultada y superlativa. Su mal carácter, su afición por empinar el codo y su escasa relación con el desodorante no le ayudaron. Tras años de caída libre, su laureada interpretación en ‘El luchador’, por la que obtuvo el Globo de Oro en 2008, le hizo volver al candelero, hinchado como nunca, con melenón rubio y labios a lo Carmen de Mairena.
Mel B: La Spice Girl deportista se metió tanto en su papel que, décadas después de la ruptura de la banda, luce unos bíceps más abultados y un abdomen más definido que el macizo del marido de su ex compañera pija, Victoria Beckham. Tras unos años de redondeces, se convirtió en la musa de los ‘work outs’ más efectivos.
Pero tanta tonificación se le fue de las manos a ella y al cirujano que le recauchutó sus pechos. Y, aunque sigue conservando algo de aquel cuerpo felino que conquistó al mundo (incluido a Eddy Murphy), su exceso de fibra empieza a dar algo de miedito.
Madonna: La hermosa y lozana Miss Ciccone jugó con la geometría hasta convertir sus curvas en aristas. La moza de buen ver que emulaba a Marilyn en ‘Material Girl’ se machacó en el gimnasio hasta reaparecer fibrosa y renovada en ‘True Blue’. Sin rastro de lorzas. Y se ‘enganchó’ de tal modo a su nuevo ‘look’ que no paró.
Hoy, a las puertas de convertirse en la sexagenaria más musculosa del planeta, Madonna da muestras de su extraordinaria forma física en cada concierto. Pero de sus brazo ni hablamos… Un poquito de sol, unos kilos de más y menos repeticiones, la vendrían de perlas.
José María Aznar: Montó en La Moncloa su Centro de Alto Rendimiento y fichó a Bernardino Lombao para obrar el milagro. Así que llegó a la presencia del Gobierno español con tripilla de jugador de dominó y, cuando la dejó, lucía cuerpo de atleta de élite. Tan es así que no se cortaba en asegurar que era capaz de “correr 10 kilómetros en cinco minutos y 20 segundos”. Un auténtico prodigio de la naturaleza.
Y, además de correr veloz como el rayo, Aznar confesó que había esculpido su ‘six pack’ con “2.000 abdominales diarios”. Y la cosa, también se le fue de las manos. Y su tronco perfecto lejos de ‘molar’, espeluzna casi tanto como esos pareos con los que le pillaron en el yate de su amigo Briatore.