Correr está de moda. Si bien es cierto que la mayoría de las personas practican running porque es un deporte relativamente barato que te ayuda a mantenerte en forma, no es menos cierto que existe un puñado de gente que se ha subido al carro de salir a correr porque es otra manera alternativa de ligar.

Muchas mujeres (y hombres) dudan que vayan a encontrar su media naranja en un pub tomando copas a las tres de la madrugada. Conscientes de ello, buscan otros espacios y otras aficiones más saludables donde desplegar sus encantos con el objetivo de seducir a alguien. El running puede ayudarte a ligar, pero tus malos hábitos también pueden echar por tierra todo tu atractivo.

Rascarse los bajos

Una fea e inconsciente manía que persigue a los runners del género masculino es rascarse sus partes nobles una y otra vez. Desde luego que no es nada sexy. Desconocemos si es una cuestión de ladillas o simplemente es que tienen por costumbre comprar una talla menos para marcar más paquete y las costuras les acaban produciendo rozaduras en las ingles.

Si el problema es la primera opción, el consejo es que vayas al médico; si por el contrario crees que se debe a un tema de rozamiento, la solución es aplicarse un poco de vaselina antes de salir a correr.

Escupir de manera compulsiva

Aunque algunas especies del reino animal practican de forma habitual el lanzamiento de saliva, ya sea para alimentarse o como mecanismo de defensa, cuando lo hace un ser humano se convierte en un acto más bien repugnante.

De hecho, en algunos países del mundo hay leyes que prohíben escupir en público. Hasta tal extremo que el infractor puede ser multado e incluso encarcelado. Afortunadamente, aquí la cosa no llega a tanto. La producción de saliva aumenta cuando corres, pero estar escupiendo una y otra vez como si fueras un reptil no es agradable para la vista. Llevar una botella de agua y dar pequeños sorbos de vez en cuando es una manera de combatir la deshidratación y ganar sex appeal.

Flatulencias

A otros runners, por ejemplo, les da por tirarse pedos -como si fuera una serenata- durante buena parte de la carrera pensando que sus gases no se oyen, no huelen o creyendo que fueran a autopropulsarle como a un cohete para llegar antes a la línea de meta y establecer así un nuevo récord personal.

Sabemos que en ocasiones es difícil controlar este turbio asunto, pero si vas a correr rodeado de más gente puedes tomar algunas medidas para evitar atufar a tus compañeros y rivales. Procura no comer ciertos alimentos como legumbres o algunas verduras. Tampoco ingieras bebidas carbonatadas antes de correr. De esta forma, no será necesario correr con una máscara antigás.

Estrujarse la fosa nasal

Una cochina costumbre muy típica del running y de otros deportes que se practican en espacios abiertos, especialmente en el fútbol (aunque debido al color del césped se camufla mejor) es la del corredor apretándose a tope la fosa nasal, primera una y luego la otra, para expulsar esa mucosidad verde y viscosa que se asemeja al blandiblú. Verlo in situ, da grima.

Y cualquier otro runner que pise eso, podría quedarse pegado al asfalto. Sonarte bien los mocos con un pañuelo antes de empezar correr sería todo un detalle. Y si no te queda otro remedio, por lo menos hazlo apartado, donde nadie te vea. Ante todo, fair play.