No será la primera vez ni la última que leo algún blog, tweet o post en Facebook donde los defensores del correr minimalista claman contra las zapatillas de running. Es más, muchos de ellos afirman que los corredores se lesionan por culpa de ellas. Para estos corredores, las zapatillas son las causantes de que los que las usamos no corramos bien y nos lesionemos.

Es posible que mis argumentos sean simples y no estén refutados por estudios de universidades ni de laboratorios especializados. Se basan simplemente en mi experiencia y en las experiencias de muchos corredores que conozco. Y mi conclusión es que las lesiones que sufrimos no son culpa de las zapatillas. Creo que hay muchos otros factores que favorecen nuestras dolencias de corredores.

No voy a negar que muchas zapatillas del mercado ‘incitan’ al corredor a pisar de cierta manera. Y es cierto que esta manera no es la más adecuada para correr pero también es cierto que muchos pisamos así porque no sabemos o podemos hacerlo de otra manera. No todos podemos volar de antepie, nuestras piernas no están preparadas.

Creo entonces, que más que la zapatilla, el problema estaría en nuestra técnica de carrera. ¿Se puede correr con una buena técnica con una ‘zapa’ de drop alto? Si. Sin duda. Si no, mirad los corredores profesionales. Sus rodajes no las hacen con ‘voladoras’ ni con los clavos que utilizan en la pista. Y no por eso dejan de correr con una estupenda técnica. Preguntad a Carles Castillejo, Aless Aguilar, Isa Macías o Chema Martínez por ejemplo, cuáles son sus zapatillas favoritas. Es posible que sus respuestas os sorprendan.

Algunos ‘extremistas’ (porque creo que lo son) piensan que correr con calzado o calzado amortiguado va en contra nuestra naturaleza. Puede ser. Solo hace unos miles de años que nos protegemos los pies para caminar y correr.

Pero si la ciencia ha avanzado y nos ha dado herramientas para hacer nuestra vida más cómoda y fácil, ¿por qué no utilizarlos? Es como si dejáramos de cocinar la comida y la comiéramos cruda porque es como lo hacíamos hace miles de años, vale, puede que haya exagerado un poco, pero sería algo parecido.

En vez de demonizar a las zapatillas, ¿por qué no hacemos algo que sea más constructivo? Podemos potenciar la importancia de la técnica de carrera, de los entrenamientos de fuerza (imprescindibles y fundamentales para el corredor), vigilar la carga y la intensidad de nuestros entrenamientos y sobre todo, no pasarnos de la raya cuando notamos que algo nos duele.

Estoy convencido de que si muchos corredores cuidáramos más estos aspectos de nuestras vidas, las lesiones serían menos numerosas y de menos importancia. Siempre sin olvidar que cada uno somos un mundo y que lo que a unos nos viene bien a otros puede que no les vaya ni regular.

Mientras tanto yo seguiré corriendo con mis zapatillas amortiguadas. Intentando mejorar la fuerza de mis piernas y mi técnica de carrera. Y sobre todo respetando lo que hacen los demás. Creo que eso es lo más importante, vivir y dejar vivir.

Con este artículo no he querido decir que correr con zapatillas sea mejor que hacerlo descalzo o con un calzado minimalista. Simplemente creo que aquellos que dicen que el calzado moderno es el origen de las lesiones y que las marcas de calzado nos estafan llevan las cosas al extremo y personalmente creo que no es así.