En Estados Unidos, pioneros en, por ejemplo, hacer Yoga desnudos, a alguien se le ocurrió una feliz idea: ¿Por qué no nos llevamos las aburridas clases de Yoga en una sala con ambientación musical a un bar con todas las de la ley?

Pensado y hecho. Así nació el “Beer Yoga”, una práctica de Yoga tradicional pero en un contexto diferente. Las cervezas son parte fundamental del ejercicio o, mejor dicho, del descanso, puesto que entre asana y asana te dan la opción de darle un trago al zumo de cebada para reponer nutrientes.

No vamos a hablar aquí de las numerosas propiedades de una buena cerveza para recuperar energía después de hacer ejercicio, pero, en este caso, además incluye un componente social: el de estar en un bar y que te puedan estar viendo otras personas.

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Practicar Yoga en un bar y con una cerveza es algo diferente a hacerlo en una sala especializada. Por ejemplo, aparte de que te puedan ver otras personas, también puedes hablar con tus compañeros de sesión, cosa que en una sala no está permitido hacer para mantener la concentración.

No obstante, algunos ejercicios de esta nueva modalidad sí que requieren de alta concentración. Más en concreto, los ejercicios relacionados con el balance corporal, que incorporan la botella de cerveza como parte del movimiento, teniendo que mantenerla en la cabeza los yogis.

Además, según los promotores de esta práctica, que está pegando fuerte en ciudades como Miami, Nueva York o San Francisco, aseguran que es un gancho para atraer a más hombres a la práctica de Yoga.

En España por ahora nadie se ha animado a traer esta nueva modalidad de Yoga, así que si tu deseo es hacer Yoga mientras te tomas una cerveza, o lo haces en tu casa o te vas a un bar y extiendes tu esterilla, aunque, eso sí, lo más probable es que te miren un poco mal.