Si eres de los que te peleas con la almohada, deja de contar ovejas y presta atención a los consejos del doctor García Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño de Madrid.

1.- No permanecer acostados si no logramos conciliar el sueño para evitar la asociación de cama con vigilia. En este sentido, tampoco es conveniente realizar actividades relacionadas con el ocio en nuestro dormitorio ya que nuestro objetivo es que relacionemos mentalmente ese lugar con el descanso y el sueño.

Evita estar todo el día cansado y dormido

2.- No dormir en otros lugares o momentos que no sean la noche y la cama. Si dormimos en otras ocasiones, como por ejemplo la siesta o a última hora de la mañana, nuestro cuerpo tendrá un anticipo de sueño que nos pasará factura a la noche siguiente.

3.- Acortar el tiempo que permanecemos en la cama. Con esto conseguiremos, paradójicamente, aumentar la calidad, la eficiencia y la profundidad del sueño, consiguiendo descansar más que si estamos acostados más horas pero en un duermevela o despiertos.

Mujer descansando en la playa

4.- Practicar ejercicio físico diariamente, pero siempre entre cuatro y seis horas antes de irnos a la cama. Este consejo tendrá dos efectos positivos sobre el sueño: por un lado, aumentará la profundidad del mismo en la misma línea que lo hace acortar el tiempo de permanencia en la cama; y por otro, se convertirá en un inductor del sueño, ya que el aumento de temperatura producida con la práctica del deporte, y su consecuente bajada posterior, aumentara nuestro grado de somnolencia.

5.- Realizar una técnica de relajación antes de dormir conseguirá reducir nuestro nivel de activación y predisponernos, de este modo, hacia un sueño más reparador.