No nos engañemos: con la llegada de la cuarentena el cuerpo empieza a tomar unas formas curvas en la zona abdominal que asustan a cualquiera, los brazos comienzan a tener las famosas colganderas y en las piernas aparece la temida celulitis. Pero hay remedio.

A grandes males, grandes soluciones. La llegada de los 40 no tiene por qué ser ningún trauma, pero tampoco está exenta de tomar ciertas precauciones a la hora de comenzar a hacer deporte.

1.- Haz una prueba de esfuerzo: si no te la hiciste a los 20 o a los 30 porque, directamente, creías que estabas sanote como un roble, con la década de los 40 es lo mejor que puedes hacer. Te costará unos 80€, pero piensa que es una inversión en salud y, sobre todo, que te puedes evitar males mayores.

Cualquier anomalía cardiaca que no te afecta en tu vida diaria normal se puede acrecentar y agravar con la práctica deportiva, así que no es peccata minuta.

2.- Ojo con las posturas: ya no eres un chaval y, por tanto, tienes que tener especial cuidado con la postural corporal que tengas a la hora de hacer los ejercicios encomendados. Presta especial importancia sobre todo a la espalda y evita sobrecargarla. Piensa que el lumbago es uno de tus peores enemigos en esta época, junto con la ciática o las contracturas musculares.

3.- Sigue la rutina: no te creas que esto de ponerse en forma a una determinada edad es llegar y besar el santo. Calentar y estirar siempre es importante, tengas la edad que tengas, pero, en este caso, lo es más aún. No dejes estos pasos pre y post ejercicios por falta de tiempo: hacerlos bien te ayudarán a continuar tu rutina de ejercicios sin sobresaltos.

4.- Dieta, importante: a partir de los 40 en adelante, tu metabolismo comienza a procesar los componentes de los alimentos de una manera más lenta. Esto indica que, en primer lugar, es recomendable no darse atracones de comida y, en segundo lugar, que es muy importante llevar una dieta saludable, que no incluya más hidratos de carbono que los necesarios y en donde las cervezas típicas del afterwork queden en un segundo plano.

5.- Plenitud: si sigues todos los consejos de una manera acertada y, sobre todo, no tienes prisa por ponerte en forma, por mantenerte en buen estado, seguro que, a medida que van pasando los años, te vas sintiendo mejor contigo mismo y dejas de pensar en lo “mayor” que te estás haciendo. Al final, lo que cuenta es una “mente sana in corpore sano”.