Desde que comenzara el boom de las clases colectivas en los gimnasios han nacido multitud de variaciones de todo tipo de deportes. En este caso, con las de Elipdoor, de lo que se trata es de andar, pero no sobre una cinta mecánica, si no sobre una bicicleta elíptica.

Las bicicletas elípticas las reconocerás fácilmente en un gimnasio, pues son aquellas que, con dos plataformas para apoyar los pies, y cuatro soportes para agarrarte con las manos hacen que sus usuarios parezcan unas gacelas corriendo por la sabana africana.Gimnasio con bicicletas elípticas

En el caso de las clases de Elipdoor están dirigidas por un instructor que, a ritmo de la música, hará que te muevas siguiendo su cadencia. Las ventajas que puedes encontrar en este tipo de clases son las siguientes:

1.- No es un ejercicio agresivo: a diferencia del spinning o de correr sobre la cinta mecánica, en Elipdoor tus articulaciones no sufren más de la cuenta, puesto que no hay impacto. El movimiento es circular y esto repercute en beneficio de tus huesos.

2.- Aumenta tu capacidad aeróbica: esto es, al cabo de unas cuantas buenas sesiones de entrenamiento notarás beneficios como no ahogarte cuando subes las escaleras, llegar a la parada del autobús esprintando porque ves que se va, etc.

3.- Ayuda a recuperar lesiones: como no se sufren impactos en las articulaciones, Elipdoor está recomendado para recuperar el tono físico después de haber tenido una lesión. Por ejemplo, si has tenido un esguince de tobillo, lo mejor que puedes hacer son ejercicios de estabilidad para mejorar los ligamentos heridos y Elipdoor o bicicleta elíptica para ponerte a tono.

4.- Te vas a divertir: igual que en cualquier clase colectiva, la música es una parte esencial del entrenamiento. ¿Has probado alguna vez a hacer una clase de spinning sin música? Pierde mucho. Por eso, en Elipdoor la música también te acompañará en cada movimiento que hagas y, si esta es de calidad, el rato que dure el entrenamiento se te pasará volando.

5.- Deja aparcada la ansiedad: como en cualquier deporte que se precie, y más en Elipdoor, la ansiedad, el estrés y las preocupaciones quedan aparcadas durante el rato que dure el entrenamiento. Además, al finalizar notarás el subidón que las endorfinas liberadas producen a tu cuerpo y te notarás una persona renovada.

Si te ha convencido y quieres asistir a una clase de Elipdoor aquí viene el principal problema. Los gimnasios, en su mayoría, decidieron invertir hace un tiempo por las bicicletas de spinning, convirtiendo salas enteras en auténticas maquinarias de generar energía con el pedaleo de sus clientes.

Por ello, y aunque en los gimnasios haya bicicletas elípticas, no parece que la tendencia general vaya por el lado de volver a invertir en este tipo de bicis para dar clases de Elipdoor. Aun así, si te quieres animar, siempre puedes crearte tu propia clase poniéndote los cascos y dándole duro a la elíptica. ¡Tú puedes!