La llamada plaga del siglo XXI se está abriendo camino. Según los últimos datos facilitados por  la Federación Mundial de la obesidad, 2700 millones de adultos en todo el mundo tendrán sobrepeso en 2025 y 177 millones serán severamente obesos y con necesidad de tratamiento.

Si nos centramos en nuestro país, las proyecciones que se hacen también resultan duras. Así, según un informe elaborado por la OMS, en 2034 España podría contar con alrededor de un 30% de población obesa y un 70% de sobrepeso.

El presidente de la Federación Mundial de la Obesidad, el profesor Walmir Coutinho aseguraba en un comunicado, con motivo de la celebración del día mundial contra esta enfermedad, que “esta epidemia ha llegado a casi todos los países de todo el mundo, y el sobrepeso y niveles de obesidad se han establecido para seguir subiendo".

De este modo, la organización cuestiona que se pueda alcanzar el objetivo de mantener la incidencia de la obesidad en 2025 en los mismos niveles de 2010,  un objetivo que marcó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su plan para el control de las enfermedades no transmisibles . “Los gobiernos saben que la epidemia actual es insostenible y no hacer nada no es una opción”, señala Coutinho. “Si los gobiernos esperan conseguir los niveles de 2010, entonces, el momento de actuar es ahora”.

Las causas

Muy bien, sabemos que tenemos un problema de kilos, pero ¿cuáles son las causas? Los expertos señalan tres fundamentales: el aumento en un 33% del consumo de bebidas azucaradas a nivel mundial en los últimos diez años; el hecho de que más de la  mitad de la población en nuestro planeta viva en entornos urbanos y que uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco jóvenes de entre 11 y 17 años no realicen la suficiente actividad física.

“Como factores de riesgo se encuentra el aumento de consumo de refrescos y de los entornos de trabajo sedentarios, la continua publicidad de comida rápida y que gran parte de la población se ubique en entornos urbanos sin acceso a los espacios verdes”, señala el Doctor Tim Lobstein, Director político Federación Mundial de la Obesidad, en el mismo comunicado.

“Los gobiernos han aceptado la necesidad de medidas de regulación, tales como controles de mercado, impuestos y subsidios, el establecimiento normas para los servicios de catering y la inversión en las escuelas saludables, pero pocos son los que están implementando estas medidas”, reflexiona.

Las consecuencias

Contar con un índice de masa corporal (IMC) elevado es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del aparato locomotor como la artritis y algunos cánceres como el de mama y colon.  Además, según un estudio publicado por Medical News Today el sobrepeso y la obesidad también estarían vinculados con un inicio más temprano de la enfermedad de Alzheimer.

Por otro lado, la obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.

¿Qué podemos hacer?

Al margen de las propuestas que la OMS hace a las instituciones, el organismo hace una serie de recomendaciones para el propio individuo puede hacer para combatir la obesidad, entre ellas se encuentran la de reducir la cantidad de grasa y azúcares que consumimos y aumentar la de frutas, verduras, legumbres, frutos secos… Y como no, realizar una actividad física periódica de 60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos.

Así, que… ¡Venga! ¿A qué esperas para cuidarte?