Dejando a un lado del eterno debate psicosocial y filosóficos sobre qué es la felicidad, nuestro cuerpo lo tiene claro: cuando aumentan los niveles de las hormonas que le hacen sentirse feliz. Y no sólo cuenta con una, hay cuatro principales que disparan nuestros niveles de bienestar y alegría.

La más importante es la endorfina, con la tarea clara de producir de la felicidad, pero también influyen, y mucho, otras como la oxitocina u hormona del amor, que se dispara cuando mantenemos relaciones sexuales; la dopamina, responsable del placer y la motivación; y la serotonina, que nos proporciona un estado de ánimo relajado y en calma.

Así puedes aumentar sus niveles y ayudar a tu organismo a producirlas para acercarte mucho a esa agradable sensación de felicidad.

1.- Ocio bien aprovechado. Estar en una situación de confianza, alegría y relajación desencadena que aumenten los niveles de oxitocina en nuestro cuerpo. Desde salir a tomar algo con los amigos hasta ir al cine o disfrutar de un masaje.

Si te sientes especialmente alicaído y quieres acabar el día con una sonrisa, lo mejor es que te des un pequeño premio realizando alguna actividad de ocio que te relaje y te haga sentir bien contigo mismo y con los demás.

2.- Terminar un proyecto. Por lo general, tener tareas pendientes en mente nos hace sentir bastante mal y aumenta nuestros niveles de agobio y estrés. Así que no es de extrañar que dar por finiquitada una aumente tu felicidad y te relaje. ¿Cómo?

Gracias a la dopamina que se genera y actúa en tu cuerpo como una auténtica droga poniéndote eufórico de contento. Siempre procurando que no se acumulen en exceso, es muy interesante tener proyectos en marcha que nos sirvan como incentivo para sentirnos recompensados una vez los acabemos.

3.- Aromaterapia. Aunque suene paradójico, las endorfinas suelen aumentar cuando sufrimos un dolor físico. Pero no hace falta que te auto agredas para estar contento: diferentes estudios han demostrado que aromas como el de vainilla o lavanda suben los niveles de esta hormona en nuestro cuerpo.

Una vela, un incienso o simplemente un jabón que huela como estas especias puede ser la clave para activar tu sonrisa.

4.- Abraza a alguien. Y consigue un bono extra de oxitocina. Quizás pensabas que los Teletubbies eran cansinos como ellos solos con aquello del '¡abrazo fuerte!' cada vez que hacían una a derechas, pero puede que de ahí viniesen su permanentes sonrisas.

Sólo necesitamos treinta segundos de achuchón para que nuestras neuronas se vengan arriba. Prueba a apoyar tu cabeza sobre el hombro del otro o a agitar levemente tu cuerpo y el de tu abrazado hacia los lados, notarás como la alegría se apodera de ti.

5.- Ríete. Cómo no incluir a la risa como herramienta ideal para activar las hormonas de la felicidad. En su caso, activa principalmente las endorfinas aunque conseguirla no es tan sencillo como ver un programa de humor en la tele o recordar alguno de aquellos chistes protagonizados por alguien de Lepe.

Busca tu fuente de risas y actívala tantas veces puedas hasta que sientas dolor en la barriga derivado de una buena dosis de carcajadas: sin duda, la mejor terapia para sentirte feliz.

6.- Ponte al sol. Es importante que tengamos buenos niveles de vitamina D ya que, además de desempeñar un papel crucial en el fortalecimiento de los huesos, luchar contra la depresión y reforzar nuestro sistema inmunológico, hace que se disparen los niveles de serotonina y nos sintamos más felices.

¿Cómo conseguirla? A través de la exposición a los rayos del sol es el método más rápido y placentero. La exposición a luz artificial también puede impulsar la presencia de serotonina aunque en niveles más bajos.

7.- Come picante. Pues sí, consumir alimentos o platos que tengan un cierto toque picante envía un mensaje al cerebro similar a la señal de dolor y éste empieza a liberar endorfinas en grandes cantidades.

¿Estás malhumorado? Bájate a cenar a un restaurante Indio, compensará el ligero ardor de estómago que sentirás si te pasas en las cantidades de tu 'cena de la alegría'.

8.- Haz ejercicio. Cuando practicamos deporte liberamos las principales hormonas de la felicidad como la dopamina o la serotonina. Y esto sólo si nos da por realizar ejercicios aeróbicos de baja intensidad como un poco de yoga o salir a pasear, si apretamos un poco el ritmo y hacemos por ejemplo un sprint final en nuestra carrera matutina, nos pondremos también a tope de endorfinas que se producen durante los ejercicios anaeróbicos.