Seguro que has visto en alguna película americana cómo los jóvenes que tienen más problemas sociales y se pegan en las calles con sus pandillas se van después a tomarse una hamburguesa, una pizza o cualquier otra comida rápida ¿verdad? Un estudio demuestra que ambas situaciones están realmente relacionadas.

Muchos de nosotros, en alguna ocasión de debilidad, nos hemos ido al burger más cercano a tomarnos un típico menú de hamburguesa, patatas y cocacola. Posiblemente después de alguna discusión o algún momento de bajón en nuestras vidas.

No somos los únicos. Un estudio de la Universidad de Duke publicado en Social Science and Medicine y realizado a 151 chicos y chicas adolescentes de entre 12 y 15 años de algunos de los barrios con suburbios de California ha demostrado la relación que existe entre los comportamientos violentos y la obesidad.

En concreto, estos adolescentes eran preguntados para saber si habían tenido alguna exposición a alguna pelea física, ya fuera en el colegio, en el barrio o en algún otro lugar, además de lo que habían consumido después en cuanto a comida rápida, bebidas con gas, con cafeína, frutas, vegetales, la cantidad de ejercicio físico que habían realizado, y, por último, las horas que habían dormido y cómo se sentían de cansados.

En las conclusiones del estudio se muestra que los adolescentes que comer peor comida son aquellos que están más expuestos a la violencia. Y esto tiene una explicación científica que a buen seguro les gusta a los de ‘sinazúcar’. “El azúcar que tienen este tipo de comidas hacen que los neurotransmidores de nuestro cerebro se sientan bien, por lo que ayuda a aliviar los sentimientos negativos asociados con el estrés de las situaciones”.

Además del problema que causa el azúcar en cuanto a ganar peso y, en el futuro, a causar problemas como diabetes tipo 2 y obesidad, se une otro factor negativo: el estrés.

El estrés de esas situaciones incrementa el nivel de cortisol en nuestra sangre. El cortisol es una hormona esencial en nuestro cuerpo que puede hacer que engordemos si está demasiado excitada por este hecho, algo que les ocurría frecuentemente a los sujetos del estudio.

Por es, mientras los adolescentes estaban estresados debido a las situaciones de tensión que vivían, comían más calorías de las recomendadas para obtener ‘confort mental’, ya que su organismo reaccionaba obteniendo placer del azúcar aunque esto fuera negativo para su salud.