El embarazo es un momento muy especial que las mujeres deben vivir sin miedo y con naturalidad. Lejos de tratarlo como un momento limitante, cada vez más médicos recomiendan llevar una vida normal, con una actividad física moderada pero continua. Bailar es una práctica perfecta para las mujeres durante la gestación. No te cortes y comparte con tu bebé, desde los primeros momentos, la música y los movimientos que más te gusten.
Ventajas de bailar durante el embarazo
- Ayuda a controlar la postura.
- Fortalece la musculatura y evita lesiones de espalda típicas del embarazo.
- Mejora la flexibilidad y facilitan el parto.
- Aumenta la resistencia física y la capacidad pulmonar.
- Previene la diabetes gestacional, porque ayuda a mantener el azúcar en niveles óptimos.
- Incrementa la energía.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Ayuda a dormir mejor.
- Fomenta la conexión con el bebé.
- La segregación de endorfinas garantiza un estado anímico positivo, con menos altibajos hormonales.
Precauciones
Las dos normas básicas para bailar durante el embarazo son el sentido común y escuchar a nuestro cuerpo:
- Eliminar movimientos bruscos, cualquier tipo de salto o rebote y giros violentos de cadera y espalda.
- Cuidar la postura, especialmente a medida que el aumento de peso cambia el centro de gravedad.
- Observar y evitar posturas incómodas.
- Beber agua para evitar la deshidratación.
- Evitar que nuestra temperatura corporal suba en exceso.
- Controlar las pulsaciones (un truco fácil es poder mantener una conversación sin ahogarnos).
- Cesar la actividad si notamos cualquier tipo de dolor, mareo o molestia.
¿Qué baile elijo durante el embarazo?
Cualquier disciplina en la que se puedan evitar los saltos, y que nos permita moderar su intensidad y velocidad:
- Ritmos Latinos. Una salsa suave, una bachata o una kizomba resultan idóneas si la pareja consigue adaptar la posición de abrazo cuando la tripa se convierte en un obstáculo a salvar.
- Danza del vientre. Especialmente recomendada porque se puede practicar hasta el final del embarazo, conecta como ninguna otra disciplina con las sensaciones más profundas del embarazo. El trabajo continuo del abdomen y el suelo pélvico la convierten en una práctica perfecta de cara al parto.
- Jazz suave, con movimientos lentos y armoniosos, que nos permitan estirar y colocar nuestros músculos.
- Ballet, una disciplina que sin saltos es posible seguir practicando hasta el último momento.
Bailar y escuchar música durante el embarazo genera un vínculo especial con el bebé, partícipe durante nueve meses de las sensaciones positivas y placenteras que experimenta la madre al bailar. Así que… si estás embarazada, ¡muévete!