Bailar es una práctica muy saludable para el cuerpo y la mente pero, como casi todas las actividades físicas, en grandes dosis puede provocar efectos secundarios no tan positivos. Los terapeutas aseguran que existen bailes que debilitan el suelo pélvico. Las bailarinas profesionales suelen padecer este problema, así como aficionadas a ciertos ritmos que, con una práctica habitual, pueden provocar daños colaterales.

Ballet Clásico: Aunque sus efectos positivos en la tonificación, coordinación, plasticidad y movimiento son evidentes, el ballet clásico incluye en gran repertorio de grandes y pequeños saltos que, debido al impacto continuo contra el suelo, debilitan el suelo pélvico.

Flamenco: El zapateado, y la fuerza imprescindible que se requiere para que los pies emitan el sonido adecuado, provocan un continuo impacto en la zona abdominal y lumbar que puede traer consecuencias negativas a largo plazo.

Rock: Especialmente en disciplinas de espectáculo como el rock acrobático, someten el cuerpo femenino a una serie de rebotes e impactos contra el suelo que pueden debilitar la musculatura del suelo pélvico si no se contrarrestan con ejercicios específicos para fortalecer la zona.

¿Bailar? Sí, pero cuidado con no arruinar tu suelo pélvico y tu vida sexual

Pérdidas de orina y disfunción sexual
Aunque la expresión suelo pélvico hace tiempo que se instaló en nuestro lenguaje coloquial, para muchas mujeres continua siendo un misterio sin resolver. El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos suya función principal es estabilizar y sostener la vejiga, la uretra, el útero, la vagina y el recto en la posición adecuada para su correcto funcionamiento.

"Si le hemos dedicado demasiadas horas a bailar, saltar, zapatear o correr, es muy posible que esa musculatura se haya debilitado, pudiendo provocar incontinencia urinaria o fecal, prolapsos (caída de los órganos intraabdominales), disfunciones sexuales y dolor lumbar”, nos cuenta Elena Segado, Fisioterapeuta y Osteópata especialista en suelo pélvico directora de la clínica Alcienporcien.

"En un grado uno o dos, los síntomas de un suelo pélvico débil pueden trabajarse con terapias específicas, pero, en estadios más avanzados, a veces es incluso necesaria la cirugía", confirma la terapeuta.

La calidad de vida de las mujeres empeora notablemente con los efectos secundarios de un suelo pélvico con problemas, por lo que conviene saber cómo tratarlo.

Bailes y ejercicios que fortalecen el suelo pélvico
Si el baile ha debilitado tu suelo pélvico, que sepas que el baile también puede fortalecerlo. En este caso concreto, la mejor disciplina para contrarrestar los efectos secundarios es la danza del vientre. El trabajo continuo de la zona pélvica, los ejercicios suaves, circulares y de fortalecimiento de la musculatura abdominal tienen una repercusión positiva en el suelo pélvico, manteniéndolo fuerte y en su sitio.

¿Bailar? Sí, pero cuidado con no arruinar tu suelo pélvico y tu vida sexual

Otra actividad perfecta para su recuperación son los ejercicios hipopresivos, todo un descubrimiento para recuperar el suelo pélvico, sobre todo después de partos complicados con episotomías o fórceps.

Y por último, familiarízate con este nombre, Kegel, porque su tabla de ejercicios de los músculos pélvicos te ahorrará la engorrosa incontinencia urinaria (esas pequeñas pérdidas…), facilita los partos y multiplica la sensibilidad y la intensidad de los orgasmos, favoreciendo una vida sexual sana y satisfactoria.