No nos cansaremos de celebrar y compartir las ventajas y beneficios de bailar. Está claro que para el cuerpo resulta una actividad muy completa: dependiendo de la disciplina que elijamos, estaremos trabajando toda nuestra musculatura.

Socialmente, también nos concede muchas alegrías, y a nivel psicológico nos convierte en personas más seguras y resueltas.

Pero… ¿y si estuviéramos en condiciones de afirmar que la gente que baila es más inteligente? A priori, podría parecer muy atrevido. Os animamos a que conozcáis la teoría de las inteligencias múltiples del psicólogo e investigador Howard Gardner.

Inteligencia por siete

Es evidente que la inteligencia no es algo que se pueda medir con números, pero el trabajo desarrollado por Howard Gardner afirma que los seres humanos tenemos más de una inteligencia. A través de su teoría de las inteligencias múltiples, el psicólogo nos estaría hablando de inteligencia lingüística, lógica-matemática, corporal y cinética, visual y espacial, musical, interpersonal e intrapersonal.

Atendiendo a cada una de ella, concluiríamos que la gente que baila desarrolla, como mínimo, cuatro de ellas.

Más listos y más felices
Es evidente que no todos los humanos desarrollamos las siete inteligencias diferenciadas por Gardner, pero basándonos en sus explicaciones podemos deducir que las personas que bailan destacarán en muchas de ellas:

-       Corporal y cinética: es la más específica de los bailarines, pues se trata de procesar el conocimiento a través de las sensaciones corporales. La conexión de la gente que baila con su cuerpo es evidente.

-       Musical: Identificar con facilidad sonidos, canciones y músicas es algo habitual en los bailarines, pues movimiento y música están casi siempre asociados.

-       Visual y espacial: el movimiento en el baile implica un control y gestión del espacio, propio y ajeno cuando los bailes, por ejemplo, son en pareja. Eso nos permite tener un concepto espacial más desarrollado de lo normal.

-       Intrapersonal: es la capacidad para conocernos a nosotros mismos, nuestras reacciones y emociones, algo con lo que están muy en contacto los bailarines, pues la danza casi siempre expresa emoción y sentimiento.

Si además de estas cuatro, tenemos cierta lógica, una capacidad lingüística normal y una inteligencia social media, estaremos hablando de personas mucho más inteligentes que la media.

Vamos a sumarle los procesos químicos que hacen que bailar multiplique en nuestro cuerpo las hormonas responsables de la felicidad y el bienestar, y podremos concluir que la gente que baila es más inteligente y más feliz.