1. ¿Se liga y se conoce gente bailando?

Esta es, sin duda, la reina de las preguntas y la respuesta es sí, se liga más bailando y se conoce mucha gente. La explicación está clara… bailando tratas con mucha gente nueva, lo que siempre abre el abanico de posibilidades. Si además le sumas que los bailes en pareja acortan distancias y fomentan el contacto físico, el resultado es que conquistar a la persona interesada resulta más fácil. También tiene que ver que la gente que se mueve con soltura suele resultar más atractiva a primera vista.

2. ¿Adelgaza el baile?

Por supuesto, como cualquier ejercicio, el baile quema calorías, tonifica y moldea el cuerpo. Si a una alimentación saludable le sumamos algunas horas de clases o alguna escapada nocturna para dejarse la piel en la pista, el resultado será un cuerpo esbelto y bien torneado. Además, sudar elimina toxinas y nos ayuda a limpiar nuestro organismo.

3. ¿Puedo bailar siendo arrítmico?

Sí, puedes bailar, la cuestión es intentarlo, ponerle empeño, ir a clase con buenos profesionales y sobre todo, confiar en las posibilidades de cada uno. No es raro ver alumnos que empiezan teniendo dos pies izquierdos y terminan siendo los reyes de la pista.

4. ¿Es posible ir a clase sin pareja?

Por supuesto. La mayoría de las clases aceptan personas solas y van cuadrando las parejas para que nadie se quede sin bailar. De hecho, es mejor cambiar de pareja en los procesos de aprendizaje para saber cómo llevar a personas de diferente peso, altura o ritmo, sin que ello sea un problema.

5. ¿Tardaré mucho en aprender?

Cada persona es un mundo y la velocidad depende de muchas cosas… oído, coordinación, resistencia física y muy importante, de los profesores que se escojan para aprender. Optar por gente con experiencia demostrada en la docencia es garantía de éxito. Normalmente con dos o tres meses de clase y saliendo a practicar, se ven avances claros.

6. ¿Podré diferenciar los ritmos?

Principalmente en los ritmos latinos es muy habitual que la gente no sepa distinguir una salsa, de una bachata, un merengue o un chachachá. Es normal al principio, pero con un poco de paciencia y escuchando música en casa, rápidamente sabrás lo que suena en cada momento, qué base rítmica tiene y cómo se baila.

7. ¿Tengo que esperar a que me saquen a la pista de baile?

Rotundamente no. Al principio, cuando se está aprendiendo y se tiene un nivel bajo de baile, es habitual situarse en una esquina de la pista y salir a bailar sólo si vienen expresamente a pedírtelo. Con el paso del tiempo y a medida que se coge soltura y confianza, las cosas cambian y tanto hombres como mujeres sacan sin problema a bailar a aquellas personas que llaman la atención por su destreza en la pista.

8. ¿La gente sale a bailar todos los días?

Sí, en casi todas las capitales del mundo hay bares con sesiones de ritmos latinos los siete días de la semana. Nada más fácil para superar el aburrimiento nocturno que acercarse a uno de ellos y empezar a bailar. Como no es necesario ir acompañado para encontrar pareja de baile, se convierte en una opción de ocio perfecta incluso cuando no encuentras con quien salir..

9. ¿No te aburres de hacer siempre lo mismo?

No, ni mucho menos. Bailar, tanto en clase como en social es una actividad divertida y siempre diferente. Cada vez que sales te encuentras con gente nueva y descubres pasos, formas de bailar, canciones y resulta un ocio barato y muy estimulante. ¡Lo que puede llegar a resultar aburrido es salir y no bailar!

10. ¿Bailar no es cosa de padres?

El error más común entre los desconocedores del ambiente del baile en pareja, especialmente de los ritmos latinos, es pensar que sólo sale gente mayor. Y nada más lejos de la realidad. La mayoría de los aficionados tienen entre 25 y 45 años. Es un ambiente juvenil y repleto de personas que se cuidan, hacen ejercicio y aparentan menos edad de la que tiene.