No es una bicicleta, no es un monopatín, es una mezcla de lo mejor de ambos, o al menos eso es lo que pretende ser Halfbike II, un medio de transporte híbrido nacido de una startup búlgara llamada Kolelinia y fundada por el arquitecto Martin Angelov. ¿Su peculiaridad? Que se pedalea de pie, sobre tres ruedas, de las que la delantera es la encargada de marcar la dirección. Para ello, los usuarios giran usando su peso e inclinándose hacia un lado u otro
En el siguiente vídeo se puede ver cómo Halfbike II da la posibilidad además de saltar obstáculos o hacer acrobacias. Según sus creadores, la experiencia podría ser algo parecida a esquiar, montar bicicleta o patinete.
“La clave de nuestro éxito es crear una experiencia de ciclismo completamente nueva que creamos, que no puede compararse con ningún otro deporte”, asegura Angelov en una entrevista en fastcompany.
Con un cuadro de aluminio, un peso de 8,2 Kilos y unas dimensiones plegada de 52x93x20, la Halfbike II se presenta como una nueva y “contagiosa” forma de transporte urbano. De hecho, así lo han valorado los 2.416 usuarios que decidieron patrocinar este proyecto en la página de financiación colectiva Kickstarter donde el vehículo consiguió recaudar la friolera de 973.764 $ (unos 855.000 euros). Todo un éxito si tenemos en cuenta que el objetivo que se había marcado la compañía era alcanzar los 50.000 dólares.
¿Una bicicleta para ir de pie?
La idea de crear una bicicleta en la que ir de pie surgió en 2010, cuando Angelov se encontraba estudiando arquitectura junto al que hoy es su socio, Mihail Klenov. Ambos disfrutaban pedaleando y tenían un gran interés por las nuevas formas de moverse dentro de las ciudades. Por ello, decidieron participar en un concurso de diseño de bicicletas para el que produjeron un boceto de un velocípedo con una sola rueda y con el que moverse de pie. No ganaron el concurso, algo que no es de extrañar: “era imposible de montar y ridícula”, asegura Angelov.
Sin embargo, la semilla de aquella idea permanecería en la cabeza de ambos durante mucho tiempo, hasta que años después, germinó: "Hice cosas diferentes después de graduarme. He trabajado como arquitecto y como diseñador web. Durante años aquellos diseños fueron simplemente unos archivos más” apunta Angelov. "Sin embargo, llegó un momento en el que me entró curiosidad por saber cómo sería hacerlo realidad”.
Angelov y Klenov se pusieron manos a la obra: cortaron los cuadros de algunas bicicletas viejas -de ahí el nombre de halfike- y comenzaron a experimentar. "El primer prototipo era imposible, se inclinaba inmediatamente hacia un lado cuando se intentaba montarlo”. Pero poco a poco, fueron perfeccionando el vehículo. Tardaron más de un año en resolver problemas como los pedales, las ruedas traseras, la altura a la que debía ir el manillar o el diseño del cuadro. Así, hasta que a principios de 2014 lanzaron su primera campaña en Kcikstarter con su primera Halfbike. Lograron su objetivo a duras penas, pero les permitió crear su primer lote de 100 bicis: "Fue como un campo de entrenamiento".
Con esa experiencia, en 2015 se lanzaron a una nueva aventura para mejorar el anterior modelo y reducir además su precio. El éxito de su segunda campaña en Kickstarter les sorprendió muy gratamente, “estamos muy contentos”, afirman. Sin embargo, ahora su mayor desafío es tratar de aumentar la capacidad de producción y pasar de 100 bicicletas a más de 2.000. De momento, han abierto nuevos talleres y esperan llegar a tiempo. "Para mí, lo más importante es tener un equipo en el que confiar”, asegura Angelov, "si no, es simplemente imposible hacer este tipo de cosas”.