Parece que sólo un país como Dinamarca, donde se funde el amor por el diseño y la bicicleta, podía acoger algo así: un carril suspendido en el vacío ideado para los amantes de las dos ruedas.  Se trata del primer carril-bici ‘colgante’ que se construirá en el mundo y que penderá  a 65 metros sobre el nivel del suelo -o mejor dicho-, del agua, en la ciudad de Copenhague.

Su cometido será unir dos rascacielos que se construirán en la ciudad, dos torres asimétricas que se denominarán Gate L y Gate M. La obra es una declaración de intenciones ya que une varios de los símbolos de Dinamarca: belleza, ingenio, agua y por supuesto, la bicicleta. No en vano, esta construcción será la encargada de acoger a todos aquellos que entren en la ciudad por vía fluvial.  De este modo, los visitantes se encontrarán con dos imponentes rascacielos -que albergarán oficinas y dos hoteles- unidos por un puente de colores pensado para peatones y ciclistas.

Pese a que su construcción comenzará este año, la idea se remonta a 2008, cuando el arquitecto estadounidense Steven Holl, responsable entre otros, del Linked Hybrid de Pekín , ganó un concurso en el que se proponía la regeneración del puerto de la capital danesa.

Entre las normas de la prueba se encontraba la de que ninguno de los dos edificios podía estar a más de 500 metros de la estación de tren más cercana, aspecto que sólo respetaría uno de los rascacielos.

Por ello Holl se inclinó por la construcción de la plataforma entre ambos edificios. Sin embargo, había otro problema: dos veces al día, un transbordador pasaría entre las dos construcciones, por ello, el arquitecto decidió colocar el carril bici a 65 metros de altura.

Los comentarios en torno a la construcción no se han hecho esperar: pese a que se ha definido el puente como “la construcción más espectacular para ciclistas”, también es cierto que se ha tildado de “absurdo” el proyecto y algunos medios ya aseguran que se trata de un “inútil reclamo turístico”.

Esto porque, efectivamente, no parece que sea lo más cómodo subir un rascacielos metiendo la bici en un ascensor, cruzar el puente, y volver a bajar unos cuantos pisos sólo para atravesar un canal.

Por ello, varios medios locales aseguran que la pérdida de tiempo que acarreará el trayecto provocará que los ciclistas se decidan bordear el puerto en vez de hacer todo el recorrido y predicen que la plataforma acabará siendo utilizada únicamente por aquellos turistas que quieran disfrutar de una panorámica de la ciudad, pero que poco tiene de funcional.

Y a ti, ¿qué te parece el proyecto?