¿Te imaginas poder moverte en bici por tu ciudad y que además te paguen por hacerlo? En Francia es posible. Si hace unos meses el gobierno galo presentaba un programa por el que retribuía a aquellos empleados que fueran a trabajar en bicicleta,  ahora, puede ser todavía más rentable, y es que puedes llegar a ganar hasta 200 euros mensuales más por sacar tu bicicleta a pasear.

¿Dónde está el truco? Pues en introducir publicidad en ésta. La idea de llevar el marketing a las dos ruedas ha sido del francés Sébastien Bourbousson, creador de la start up Écovélo que tiene como objetivo fomentar que la gente se mueva en bicicleta y por qué no, que también consiga un beneficio  para su bolsillo.

La empresa, nacida en Nantes, utiliza los espacios libres de la bici organizándolos de manera que se puedan incluir campañas publicitarias en éstas. La transformación del vehículo supone la inclusión de tres paneles, dos en las ruedas y uno en el cuadro, con slogans, logos, imágenes… es decir, todo aquello que normalmente encontrarías sobre un cartel publicitario.

Según los creadores de la start up, la idea de poner publicidad en los velocípedos aporta numerosos beneficios a las marcas ya que se pueden relacionar con los atributos positivos que cuenta la bicicleta (respeto medioambiental, vida saludable, ahorro…).

¿Cómo funciona?

De momento,  la iniciativa cuenta con presencia en ciudades como París, Estrasburgo o Nantes, localidad en la que nació la empresa.  Aquellos ciclistas que quieren reconvertir su bici lo primero que tienen que hacer es comprobar que ésta es compatible con los módulos publicitarios que es necesario insertar, en el caso de que no sea así, la propia Écovélo vende este tipo de bicicletas o incluso las ruedas para incorporarlas al cuadro que ya tengamos.

Asimismo, es necesario que el ciclista cuente con un móvil inteligente que se encargará, a través de una aplicación, de seguir los movimientos y estacionamientos del vehículo, para poder contabilizar así la retribución final.

De hecho, es necesario  hacer un uso regular de la bici, mínimo dos o tres veces por semana. Al propio usuario le conviene, ya que se le remunera en función de los kilómetros que recorre, sin importar la hora a la que lo haga, y además, no se penaliza el estacionamiento de la bici.

Así, las tarifas son de diez céntimos por kilómetros recorridos y de 22 céntimos por cada hora de estacionamiento.

Por último, es necesario que la bici se vaya a mover por zonas urbanas. “Sin audiencia, no hay salvación”, afirman en la web de Écovélo, y señalan que tienen prioridad las 10 ciudades francesas más grandes.

Una vez se cumplen todos los requisitos, el usuario entra en la lista de espera en la web y la empresa se encargará de buscar la publicidad para su vehículo.

Una fórmula más para conseguir desterrar el coche de las ciudades y hacerlas más amigas de las dos ruedas, ¿surtirá efecto?