Por eso, es posible que ahora vayas a coger tu bici después de todo un largo invierno cogiendo polvo y oxidándose en el garaje o en el trastero. Ha llegado la hora de poner a punto tu bici para disfrutar del verano.

Antes de nada, una recomendación: si vas a guardar tu bici durante una larga temporada asegúrate, al menos, de cubrirla con un guardapolvo que la proteja lo máximo posible durante el tiempo que no la vas a usar.

Si además eres de los que la deja en la terraza deberás extremar el cuidado porque la meteorología invernal no suele ser muy recomendable para nuestras bicis.

Bueno, vamos al meollo. Si ya has ido a tu garaje/trastero/terraza y estás delante de tu polvorienta bici, ¿qué debes hacer? Muy bien, quitar ese polvo ¿Cómo? No te compliques la vida. Coge un paño suave y humedécelo ligeramente. No debe estar chorreando. Con un poco de humedad será suficiente para quitarle el polvo y las telarañas del duro invierno.

Si tiene más suciedad de lo que esperabas un buen manguerazo no le vendrá nada mal. Mejor hacerlo con la bici boca abajo para que el agua restante no se quede en los huecos de nuestra bici. Después, sécala con un paño.

Para las partes más grasas, como la cadena y los cambios, la mejor opción es un desengrasante y dejarás tu bici como nueva. Después de limpiar esa grasa sucia engrasa con lubricante limpio esas mismas zonas.

Es habitual que nos encontremos óxido en algunas partes de nuestra bici. En cierta ocasión, utilicé refresco de cola y la verdad es que dio algo de resultado aunque no fue del todo efectivo. Puedes probar si tu bici no tiene exceso de óxido. Otro truco que recomiendan los expertos es frotar con lana de acero mojada con agua con un poco de bicarbonato disuelto. Si optas por esto debes hacerlo suavemente para no arañar tu bici.

Existen algunas partes de nuestra bici que tienen poca solución si se han estropeado con el paso de tiempo. Por ejemplo, un manillar estropeado solo tiene como solución el cambio o bien ponerle una cinta. Un sillín cuarteado tampoco es fácil de recuperar, o pones uno nuevo o le dices a tu abuela que te haga una funda de ganchillo.

A continuación deberás hinchar las ruedas y comprobar los frenos. Para ello, lo mejor es dar un corto paseo. Así sabrás las necesidades de tu bici.