Siempre quieres ser el mejor anfitrión. Para ello escogerás los ingredientes apropiados para el plato en cuestión y los incluirás en el momento apropiado con el fin de que sea un éxito. En ciclismo ocurre lo mismo, algo que no implica que seas el mejor con referencia a otros ciclistas. De lo que se trata es de que saques el mejor ciclista que llevas dentro.

1.- Objetividad: Debes ser realista con tus objetivos. Como intentes seguir un plan en el que hayas sido excesivamente optimista a la hora de planificarlo, terminarás haciendo aguas.

Hay quien ha terminado colgando la bicicleta debido al estrés que le ha supuesto seguir un plan inadecuado. Madruga, trabaja, llega a casa, la primera contrarreloj comiendo (y eso si tienes tiempo para comer), sales con el bocado en la boca y si pinchas te tienes que dar la vuelta porque de lo contario no llegas a coger a los niños al colegio o se te hace de noche. De lo que se trata es de sacar el máximo partido a tu tiempo disponible. Y si lo estiras demasiado se romperá.

2.- Paciencia: No puedes pretender en un par de meses dar un cambio radical. Vas a ser mucho más fiable como ciclista si tus adaptaciones las consigues poco a poco. Es igual que si tienes que perder varios kilos de peso. No puedes pretender perder varios kilos en un par de semanas.

3.- Confianza: Debes estar seguro de lo que haces en todo momento. Tendrás que soportar la ironía de más de uno que cuestiona tu método. Forma parte de la idiosincrasia del cicloturista.

4.- Kilómetros apropiados: No por entrenar más vas andar más. Para correr pruebas que no superan las dos horas o tres horas de duración no necesitas hacer un excesivo volumen de entrenamiento. Ni aún en la base.

5.- Libertad el fin de semana: Cuando hayas construido una base sólida y puedas exigirte los fines de semana, esfuérzate lo máximo en momentos puntuales. Aunque alguno se acordará de tu prima, acelera al final de los repechos, entra a dar relevos y tira del grupo en momentos puntuales. Y si te sueltan, no te desanimes, porque Roma no se construyo en cuatro días.

6.- Descansa: ¡Voy a salir a rodar un par de horitas porque sino me engordo! Frase preferida de los que parece ser que en un día cogen varios kilos de peso si se quedan en casa. El descanso es parte fundamental de cualquier entrenamiento y una mala aplicación del mismo o la inexistencia, hará bajar ostensiblemente tu rendimiento e incluso puede llevarte al sobreentrenamiento.

7.- Alimentación: No hace falta pesar cada cosa que ingieres ni estar subido todo el día encima de la báscula a ver cómo vas de peso. Debes mostrar especial interés en escoger los carbohidratos en función de su índice glucémico con el fin de incluirlos dependiendo si es antes de salir, durante o después.

Sin olvidar las grasas que pueden ayudar a recuperarte antes si las incluyes adecuadamente y las idóneas, al igual que consumir las proteínas de mayor poder biológico.

8.- Escoge las competiciones: Una mala carrera es el mejor de los entrenamientos. A los niveles de exigencia que se llega en competición es muy difícil llegar en los entrenamientos.

Las competiciones hay que incluirlas adecuadamente en un plan de entrenamiento para que cumplan su función a la hora de alcanzar el máximo estado de forma. Ya sea en el periodo competitivo o específico. No conviertas cada salida en una carrera porque durarás cuatro días y cuando vayas a las carreras habrás gastado todo entre semana.

9.- El peso: Será el que impedirá que seas eficiente en tus zonas de entrenamiento. Merece la pena sacrificarse un poco, algo que no quiere decir que te encierres en un Monasterio, porque vas a dar un salto importante de calidad. No solo vas a tener una relación peso/potencia mayor sino que tu V02máx crecerá exponencialmente.